No llegó a ser una vuelta olímpica. Los futbolistas salieron a modo de agradecimiento a los hinchas, pero ese festejo tuvo más que ver con el desahogo por dar vuelta la página más triste en la historia del club, que con la celebración del título.
Es que el plantel liderado por Matías Almeyda se sacó "varios kilos de encima" al obtener el ascenso, al lograr poner fin, con éxito, a la temporada más triste de su rica historia.
Pocos minutos después de obtenido el tan esperado regreso a Primera División, y luego de un festejo íntimo en el vestuario, los jugadores "Millonarios" saltaron al campo, donde agradecieron a los hinchas por el apoyo y festejaron junto a familiares, amigos y algún que otro simpatizante que se animó a sortear el estricto contro policial e ingresó a la cancha.
Mientras tanto, y a poco de finalizado el partido, un pequeño grupo se animó a desafiar la consigna casi unánime de los hinchas de no festejar el título y se acercaron al mítico Obelisco, el lugar por excelencia de los festejos en Buenos Aires.
Con el correr de los minutos, y ya entrada la noche, ese pequeño grupo se convirtió en una gran cantidad de fanáticos "Milonarios" que dejaron de lado los preconceptos y festejaron, gritaron, se desahogaron, por el esperado y sufrido regreso.
En el Monumental sólo quedaron los jugadores y sus familiares, que festejaron en un ambiente aledaño al vestuario.
