"Hace un tiempo Casación bonaerense le rechazó en forma absoluta la libertad condicional; pero ahora la Sala III se empeñó en liberar a este asesino. Decidió darle libertad cuatro días a la semana para que venga a solo 600 metros de mi casa poniendo en peligro a toda mi familia", dijo Edgardo Aló, padre de Carolina.
Y añadió: "Hoy el asesino de las 113 puñaladas pasea libremente por Tigre cuando la Justicia debió sentenciarlo a perpetua por alevosía y enseñamiento".
El crimen de Carolina Aló ocurrió el 27 de mayo de 1996, cuando la chica de 16 años fue atacada por su novio con 19 golpes brutales y 113 cuchilladas; minutos antes habían tenido relaciones sexuales pero la chica le dijo que ella no quería quedar embarazada cuando él le propuso tener un hijo.
En el año 2000 Tablado fue juzgado por un tribunal de San Isidro y condenado por homicidio simple a la pena de 24 años de prisión.
Con las dos terceras partes de la pena cumplida, más el régimen del llamado "dos por uno", Tablado quedó en febrero de 2010 en condiciones de obtener su libertad para salir a trabajar por orden de la Sala III de la Cámara Penal de San Isidro, pero el Tribunal de Casación bonaerense rechazó otorgarle ese beneficio.
Ahora, sin embargo, desde comienzo del mes de agosto, Tablado accedió al beneficio de salidas transitorias -entre lunes y jueves- para poder ir a trabajar en la fábrica de su padre y ver a su familia, su esposa y sus dos hijos, dijo Aló.
"Hipotéticamente es una salida laboral, pero ayer fue feriado y salió igual de la cárcel", se quejó.
Aló afirmó que "solo pedimos que se aplique el sentido común a la ley, poder ser parte de los estudios psicológicos imprescindibles para poder obtener la libertad, derecho que nos fue denegado".
Según denunció, "se nos impide ser controladores en la causa, se nos impide tener vista de lo actuado". Aló consideró además que Tablado podría cometer un delito sin que nadie se diera cuenta.
Es que, afirmó, del penal 11 de Baradero, donde cumple prisión Tablado, se fugaron en los últimos días "dos asesinos pero el Servicio Penitenciario Bonaerense recién se dio cuenta al día siguiente".
"Esto demuestra que cualquier interno peligroso se puede fugar de esta unidad abierta, sin que nadie controle. Que cometa un homicidio o un delito, vuelva a la unidad abierta con la misma impunidad con la que se salió y nadie se dé cuenta. Pero encima tiene el agravante de que si alguien pide informes al penal, los funcionarios colaborarán con la coartada diciendo que estuvo en el penal", afirmó.
