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Ex marido de la docente asesinada en Castelar se declaró inocente

El ex marido de Andrea Pajón, la maestra asesinada de dos balazos en la cabeza en agosto de 2008 en la localidad bonaerense de Castelar, se declaró inocente al comenzar a ser juzgado como instigador, mientras que una testigo volvió a vincularlo al homicidio.
Se trata de Claudio Sartal, quien desde es sometido a proceso junto al sindicado ejecutor del asesinato, Gabriel Varas.

Ambos están imputados del delito de "homicidio calificado por promesa remuneratoria y la participación de dos o más personas" y en el caso del ex marido también por el "vínculo".

El debate comenzó a las 10 ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Morón, integrado por los jueces Diego Bonano, Raquel Lafourcade y Moralejo Rivera.

Marcelo Mazzeo, abogado de Sartal, informó que su defendido respondió a todas las preguntas del tribunal y de los fiscales Hernán Alarcón y Adrián Ferreyra, ante quienes sostuvo su inocencia.

De acuerdo al letrado, el ex marido de la víctima dijo que con ella -de quien se había separado varios años antes del crimen- mantuvo discusiones de pareja normales y desacreditó a la testigo Paula Soledad Silvera, quien era su concubina al momento del
homicidio y lo comprometió con su declaración.

Es que esta mujer declaró tanto en la instrucción de la causa como en el inicio del debate que Sartal le confesó que había contratado a Varas para matar a Pajón y que éste, a su vez, había hecho lo propio con dos muchachos para que concretaran el crimen.

También dijo que Sartal le contó que como uno de esos supuestos sicarios se había arrepentido del hecho Varas lo mató.

Sin embargo, Mazzeo opinó que esta testigo actuó "despechada" ya que cuando declaró por primera vez en la causa, en 2009, lo hizo tres días después de que Sartal la echara de su casa porque él tenía una relación paralela con otra mujer.

En ese sentido, el abogado defensor pidió que se le practique a Silvera un peritaje psicológico para determinar si tiene rasgos de personalidad de una "fabuladora", a lo que el tribunal accedió. En esta primera audiencia también declararon Mario Pajón,
padre de la docente; el hijo menor de Sartal y la víctima; y Joana Sotelo, una amiga de la mujer asesinada.

El hombre y Sotelo se refirieron a un incidente ocurrido unos seis meses antes del crimen en la casa de la maestra, donde Sartal discutió con su ex mujer.

Mazzeo dijo que la testigo declaró que el imputado y la docente se agredieron verbalmente delante del hijo menor de ambos, por lo que se llevó al chico a otra habitación para que no escuchara los insultos, mientras que el abuelo del chico indicó que fue él quien se "agarró a trompadas" con el ahora acusado.

A su turno, declaró el hijo menor de Sartal y Pajón que presenció el ataque a balazos contra su madre y describió a los agresores como dos jóvenes "flaquitos", de entre 20 y 25 años y con "gorrita blanca".

El chico aclaró también que no puede reconocerlos ya que apenas vio que encañonaban a su madre escapó del lugar a la carrera antes de que se produjeran los disparos, añadió Mazzeo.

Por último, el defensor indicó que, ante una pregunta del tribunal, el adolescente declaró que no cree que su padre haya sido capaz de haber instigado el crimen de su madre.

En tanto, el debate continuará mañana con la declaración de otros diez testigos propuestos por las partes.

El hecho ventilado en el juicio ocurrió el 27 de agosto de 2008, cuando Pajón se disponía a subir a su auto junto a su hijo menor, que entonces tenía 13 años, en su casa de la calle Pasadores al 3600 del barrio San Juan, en Castelar Sur.

En ese momento, dos hombres se le acercaron y, sin mediar palabra, uno de ellos la arrojó al suelo, le apoyó un arma de fuego en la cabeza y le disparó dos veces a la altura del oído.

Luego, los agresores escaparon sin robarle nada, en tanto que la víctima fue trasladada en grave estado a un hospital donde murió un día después del ataque. Apenas ocurrido el crimen, los familiares de la víctima denunciaron que detrás del homicidio estaba el ex marido de la mujer, denunciado varias veces por violencia familiar.

Recién en septiembre de 2009, tras la declaración de Silvera, el fiscal a cargo de la instrucción de la causa, Marcelo Tavolaro, pidió la detención de Sartal y de Varas.

El funcionario judicial acusó al ex marido de Pajón de haberle pagado al otro sospechoso -que era empleado suyo- unos 10.000 pesos para que matara a la docente.

Sartal quedó preso, al igual que Varas, pero días después la Justicia los excarceló y ambos llegaron al juicio en libertad, aunque ahora podrían ser condenados a prisión perpetua.

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