Además, en su discurso, el diputado nacional de la UCR dijo estar “seguro que el candidato de la UCR va a ingresar a la Casa Rosada el 10 de diciembre” próximo.
Alfonsín arribó cerca de las 15 al Teatro Ramírez Faure de la localidad de Avellaneda, donde lo esperaban los militantes y, también, una veintena de jóvenes autodenominados “Juventud Radical en Lucha”, que expresaban su disconformidad con la alianza con De Narváez, finalmente respaldada por los convencionales.
Al comenzar su discurso, la alocución de Alfonsín se confundía con los gritos que se escuchaban desde detrás de la puerta de ingreso a la platea por forcejeos y empujones que se produjeron entre los jóvenes con militantes alfonsinistas, que fueron rápidamente disuadidos por el presidente de la UCR bonaerense, Miguel Bazze.
El griterío llevó al candidato a acortar su discurso y pasar directamente al tema del acuerdo con el peronismo opositor y enfatizó: “No tenemos culpas, pero vamos a hablar ahora de lo que le molesta a algunos. Le aseguro que vamos a poner en marcha un proyecto progresista, nacional y popular”.
“Sé que nos proponemos una jugada audaz y atrevida para la UCR, pero no dejaremos de proponer lo que es mejor para la República por no pagar costos políticos”, enfatizó el diputado, quien cuestionó a “los oportunistas que realizan críticas de mala fe”.
En alusión a su ex aliado, el socialista Hermes Binner, remarcó que “un político de raza jamás actúa con la mentalidad de un hombre de reserva” aunque aseguró que seguirá “intentando hasta que (se) muera un acuerdo con el socialismo”.
“Nadie tiene derecho a atribuirnos intereses espurios y a decirnos que no estamos trabajando por el país, y nadie tiene derecho a pedirme explicaciones por mi progresismo”, reclamó un Alfonsín eufórico.
En ese sentido, recordó los enfrentamientos pasados entre radicales y peronistas y volvió a respaldar su nueva alianza: “Mucho daño le han hecho al país y hoy tenemos la responsabilidad de reparar el daño hecho a la República”.
“El acuerdo (con De Narváez) es bueno, especialmente porque vamos a ganar la provincia de Buenos Aires, porque no es bueno para los bonaerenses que siga gobernando el partido oficial”, agregó el candidato radical.
Con respecto a quiénes critican su alianza desde el oficialismo, Alfonsín señaló que “todos los integrantes del gobierno, desde la Presidenta hasta los ministros, han defendido la política de los '90” y aseguró que con el acuerdo actual no “sacrificamos un ápice de convicciones”.
“Jamás haría nada que no crea que sea bueno para la Argentina. Me interesa un pito llegar a hacer cosas que crea que no se debieran hacer con tal de llegar a la Presidencia”, subrayó el diputado radical.
Además, adelantó que sus objetivos principales serán “terminar con la dictadura de la pobreza, poner en marcha un proceso de desarrollo económico y social y una revolución educativa”, y consideró que “el hambre es un problema moral”.
“Como dijo (el ex presidente Arturo) Illia, no es fácil ser radical, pero vale la pena serlo”, concluyó Alfonsín, tras lo cual se retiró del teatro.
Tras más de una hora de debate, los 287 convencionales aprobaron por amplia mayoría la conformación del frente electoral con De Narváez y la reforma a la carta orgánica, para adaptarla a la nueva ley electoral.
Además, se aprobó la vuelta al partido de los militantes que responden al vicepresidente Julio Cobos, que habían sido expulsados de la UCR.
No obstante, el convencional Enzo Gioia, de la corriente de Federico Storani, remarcó en su intervención que “la decisión ya fue tomada, pero el debate amplio, condición básica de nuestro partido, no se dio”, aunque reafirmó su pertenencia a la UCR.
En tanto, en diálogo con Télam, el presidente de la UCR provincial, Miguel Bazze, aseguró que en las listas a diputados y legisladores bonaerenses, “estarán representadas todas las líneas internas del partido”.
“A partir del lunes se empiezan a discutir las listas”, tanto con el denarvaismo como internamente, concluyó Bazze.
