La persecución -con cinco automóviles y dos motocicletas- comienza todas las mañanas cuando el jugador sale de su lujosa casa para ir a entrenarse, mientras la cantante colombiana suele quedarse en el domicilio, ya que tiene un ritmo distinto, más nocturno.
Pero cuando Shkira sale con Piqué, la artista suele ocultarse en la parte trasera de la cuatro por cuatro del jugador, que tiene vidrios polarizados, y allí comienzan los intentos de los fotógrafos por obtener el testimonio, que por ahora es imposible. "A veces la hemos visto tirada en el suelo, pero es imposible hacer la foto", contó la misma fuente, según la cual Shakira solo se deja ver de manera más o menos natural si sale de la casa de Piqué con su hermano, Tonino, que además es su jefe de seguridad.
Shakira por ahora está instalada en la casa de Piqué, al parecer porque la que alquiló en Bellaterra al nadador David Meca no le gusta como está y por ello está pensando en reacondicionarla a su estilo con la ayuda del arquitecto de las estrellas Joaquín Torres.
Ese juego al escondite de Shakira y Piqué con la prensa se presume que se debe a que, además de intentar preservar su vida privada, la cantante intenta resolver sus sociedades con su ex novio, Antonio de la Rúa, con quien estuvo más de diez años y con quien tiene intereses profesionales.
Las persecuciones y el pago de los cien mil euros por la fotografía de Shakira y Piqué dándose un beso podría provocar un accidente, según sostuvo el mismo fotógrafo, ya que el jugador como los paparazzis a veces se enfrentan en una guerra de frenadas y aceleradas con sus vehículos en un intento por evadirse.
Una situación que recuerda el caso de la princesa Lady Di, quien murió el 31 de agosto de 1997 cuando su vehículo se estrelló en el túnel de la Plaza del Alma de París, mientras escapaba de los paparazzis. (Reporter)
