Ambos complejos están situados uno junto al otro a unos 600 metros del Acceso Tigre, y tienen una extensión de 17 y 15 hectáreas, respectivamente, y comparten el club house, que utilizaba electricidad sin que pasara por el medidor, expresó un comunicado de prensa.
La distribuidora eléctrica manifestó que "el robo de electricidad es un delito federal que contempla penas de prisión de hasta dos años".
Según indicó Edenor, la empresa prestadora "está habilitada a calcular la energía consumida y no abonada, con hasta cuatro años de retroactividad, más un recargo del cuarenta por ciento, junto a multas y punitorios".
Asimismo, tras detectarse el hecho y documentar las anormalidades encontradas en ambos barrios cerrados de la zona del Tigre, la compañía procedió a "normalizar las instalaciones eléctricas" requeridas.