23.02.2009 - 11:50 | Espectáculos

Hollywood tuvo una entrega del Oscar diferente y emotiva

Gracias a una ágil y entretenida conducción de Hugh Jackman y a una serie de modificaciones que hicieron más llevadera la ceremonia, la edición número 81 de los premios Oscar fue una de las mejores en años, en una noche en la que brilló "Slumdog Millonaire" y Heath Legder tuvo su estatuilla póstuma.

Al llevarse ocho de los diez premios a los que estaba nominada, la cinta sobre un joven humilde de la India que se inscribe en el programa de televisión "¿Quién quiere ser millonario?" para conquistar el corazón de una chica se convirtió en la gran ganadora de la noche.

La película de Danny Boyle se alzó con las estatuillas a mejor película, dirección, guión adaptado, fotografía, mezcla de sonido, edición, banda sonora y canción.

En los rubros por actuación, por su parte, los premios estuvieron más repartidos. Como mejor actor protagónico ganó Sean Penn por "Milk" y mejor actriz Kate Winslet, por "The Reader".

El fallacedio Ledger mereció el galardón a mejor actor de reparto por su rol de El Guasón en "Batman. El Caballero de la noche" y Penélope Cruz se llevó el suyo por "Vicky, Cristina Barcelona".

Si bien nadie se sorprendió con los ganadores, ya que las estatuillas fueron para todos los favoritos, la verdadera sorpresa de la noche fue la sólida ceremonia que se montó para los premios.

Luego de varios años consecutivos en los que la televisación de los Oscars fue perdiendo audiencia e interés en el público de los Estados Unidos, la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood decidió implementar drásticos cambios en la gran noche del cine.

Así, en vez de un comediante, fue Jackman el anfitrión de la entrega. El versátil actor australiano -conocido por sus papeles en la saga "X-Men", pero con experiencia en musicales- reemplazó el tradicional monólogo inicial con un gran musical en el que interpretó pequeños números con los temas de las películas nominadas.

En medio de una escenografía más intimista y en la que los principales nominados estaban a pocos metros del atril, el maestro de ceremonia no se privó de bromear con Meryl Streep sobre sus nominaciones, regalarle una toalla a Mickey Rourke y cantar con Beyoncé.

La inclusión de segmentos más entretenidos en los rubros menores -como la aparición de Ben Stiller personificando a Joaquin Phoenix en la terna mejor fotografía o Queen Latifah cantando una canción para las estrellas fallecidas- y la ausencia de un discurso del presidente de la Academia también fueron aciertos de la organización.

Otra de las decisiones que más rindieron fue elegir a cinco ganadores del pasado para entregar las estatuillas principales, logrando que la noche se hiciera más corta pero que no faltara emoción y lágrimas.

Resta conocer si los televidentes acompañaron este nuevo formato, alentando a los organizadores de la dorada estatuilla a profundizar esta nueva senda. (Reporter)