La idea surgió de un grupo de profesionales de la Dirección de Infraestructura Social del Ministerio de Desarrollo Social, entre quienes se encuentran los arquitectos Marcelo Presa y Julio Bonanni.
La propuesta fue presentada al titular de la cartera, Eduardo Aparicio, y ahora se analiza la posibilidad de producir en serie en localidades de la provincia con la ayuda de personal de la cartera bonaerense.
Damián Amed, director de Infraestructura Social de esa cartera, detalló a Télam que “en el corto plazo se realizará una vivienda piloto para perfeccionar la idea y, si el proyecto avanza positivamente, se elaborarán las viviendas a través de un trabajo coordinado con cooperativas de trabajo o programas de empleo”.
El primer prototipo para instalar en La Plata comenzará a desarrollarse en los próximos días y en su diseño participaron 120 personas, entre profesionales y trabajadores.
El objetivo es realizar talleres de producción a través de la capacitación de los empleados a fin de que el estado provincial sea el proveedor de la vivienda, “optimizando así sus recursos humanos y materiales logrando la máxima participación en pos de articular recursos con municipios, ONG, organizaciones sociales, comunidad, empresas estatales”, agregó.
Amed explicó además que el proyecto está destinado a familias en situación de riesgo social, casos graves de salud (trasplantados o discapacitados), problemáticas de incendios, inundaciones y casos de chicos menores de edad judicializados.
Sostuvo que “la propuesta contempla condiciones dignas de habitabilidad, aislaciones térmicas e hidrófugas y la posibilidad de un armado rápido”.
“Se ha diagnosticado que tanto la entrega de casillas de madera como la de materiales de construcción presenta dificultades en cuanto al tiempo de ejecución de obra y calidad constructiva generando problemas de habitabilidad y resoluciones técnicas”, afirmó.
Consultado sobre los materiales con que realizarán las viviendas, Presa detalló que “el desarrollo de la unidad habitacional parte de un sistema modular preindustrializado con perfilería estructural de hierro galvanizado, compuesta con paneles de cerramiento exterior de chapa ondulada galvanizada con aislamiento termo hidrófugo”.
Explicó que las unidades tendrán una “terminación interior tipo durlock, cubierta de chapa sinusoidal con aislación termo hidrófuga y terminación de cielorraso tipo chapadur sobre estructura de perfiles galvanizados, cenefa perimetral de chapa, carpintería de aluminio, piso fenólico e instalaciones a la vista”.
En tanto, Bonanni manifestó que la unidad habitacional partirá de un modulo básico de 34 metros cuadrados constituido por cocina-comedor, un dormitorio y baño adaptado a problemáticas de discapacidad, “previendo futuros crecimientos de dormitorios y área social”.
El costo de los materiales será de 2.500 pesos por metro cuadrado, “partiendo este valor del precio del mercado minorista de la construcción”.
Los impulsores de esta idea destacaron la importancia del nuevo tipo de construcción que se adapta a los fenómenos climáticos actuales, que en los últimos tiempos castigan con dureza a las viviendas más vulnerables.
“La característica principal de esta vivienda es la de estar elevada del terreno natural sobre pilotes, permitiendo una cota variable del piso terminado para evitar las graves situaciones provocadas por las importantes precipitaciones, desbordes de arroyos y terrenos bajos anegadizos”, finalizaron.
