La letrada contó que, pese a la emergencia de la situación, la secretaria del juzgado no se pudo comunicar con el magistrado. “El juez de turno no atendió el teléfono, es como un médico de guardia que siempre tiene que estar”, denunció Lescano.
“El problema grave no radica en la decisión final del juez, sino en que no hubo decisión”, añadió en declaraciones al canal TN.
Tras conocerse la muerte de la paciente, el juez Villarragut emitió una resolución en la que rechazó la acción de amparo promovida por la familia porque “el derecho a la autodeterminación de una persona según sus creencias es inviolable”.
“Tratándose la paciente de una persona mayor de edad y, por tanto, en condiciones de escoger su religión, debe ser respetada en sus decisiones”, aseguró el magistrado.
El juez precisó que, en marzo de 2013, por medio de “directivas anticipadas” sobre atención médica, “con firma certificada por escribano público”, Falcón había manifestado que, por ser Testigo de Jehová, “no aceptaba “transfusiones de sangre completa”, bajo ningún concepto, aunque “el personal médico las creyera necesarias para salvarle la vida”.
Con cita en los fallos de la Corte Suprema de la Nación en los casos “Bahamondez” (1993) y “Albarracín” (2012), el juez dijo que el derecho de la joven estaba amparado por la Constitución (art. 19), que “protege los actos autorreferentes y otorga al individuo un ámbito de libertad en el cual puede adoptar decisiones sobre su persona, en tanto no violen derechos de terceros”.