"La migración del interior viene de 50 años atrás y hoy se da porque la gente tiene cerca la escuela, el comedor escolar y los servicios de salud. Además, se ha agrandado la inmigración limítrofe, con gente que viene a obtener trabajo y como lo favorece el tipo de cambio manda remesas a la familia", explicó Arroyo.
El ex funcionario enmarcó el problema desde lo geográfico y lo humano, ya que "en un territorio que es 1% todo el país, el Area Metropolitana, vive 14% de la población y hay 2,5 millones de personas en villas, barrios precarios y asentamientos, entre ellos cerca de 40% provenientes de países limítrofes", dijo.
Arroyo añadió que "es mucha gente, faltan 50 mil viviendas y hay alquileres muy altos, lo que genera un cóctel explosivo por todos lados".
Para el experto, existen tres situaciones que hay que abordar para encarar nuevas políticas sobre el tema: "la primera es el tema del costo del alquiler. Una persona está pagando en un asentamiento $ 1.000 por una piecita, sin garantías, porque tiene trabajo informal y hace changas queda expuesta. Además, ese valor va creciendo", detalló por radio El Mundo.
El segundo punto que marcó Arroyo como déficit es que "no hay una política clara de construcción de viviendas. Para los sectores medios no hay crédito hipotecario, por ejemplo".
"Lo tercero es que la gente va a seguir migrando al Area Metropolitana si no construimos una red de servicios de educación y salud en las provincias y también en el Mercosur, donde debe haber un fondo fuerte para fortalecer la infraestructa básica en los países de menores recursos", remarcó. Arroyo advirtió que, tal como está la situación hoy, "se debería redefinir todo y apostar a la construcción de viviendas en el mediano plazo y apuntar a una política donde el Estado acompañe a los sectores más pobres en los alquileres. Hay que repensar el esquema porque las personas están migrando por servicios de salud y educación, no necesariamente por trabajo", añadió.
Según Arroyo, ésta es "la primer toma de tierra televisada en tiempo real y eso promueve que haya mucha gente que participa porque observa que hay una oportunidad en eso. Claramente, no debería tratarse de regalar viviendas, sino que debería haber un mensaje sobre cómo avanzar en los próximos años, donde el eje central debería tener que ver con los alquileres y, en primera vivienda, con créditos blandos".
El ex funcionario agregó que "la asignación universal por hijo es un piso", pero "hay que sumar políticas. No es posible que 40% de la gente tenga trabajos informales y como no tiene recibo de salarios, no sólo no tiene garantías para alquilar sino que no puede sacar créditos para comprar máquinas o herramientas".
En cuanto al gobierno de la Ciudad, la crítica de Arroyo, quien consintió que "no se pueden construir 50 mil viviendas para cubrir las necesidades", pasó por remarcar que "está claro que con 80 al año como respuesta se está muy lejos del problema".
Sobre el narcotráfico enquistado en los barrios más pobres, el ex viceministro señaló que "no estamos en situación similar a Brasil, donde el narcotráfico maneja territorios. Aquí, lo que se vive es la cantidad de gente que vende paco, pero no me parece que en los asentamientos nuestros exista un estado dentro de otro estado".
Reconoció también que "el problema de las adicciones es grave" y explicó que "si el pibe que trabaja y gana 450 pesos por mes llega a la conclusión que el que vende droga o esta vinculado a la política gana más, se cuestiona qué sentido tiene trabajar y eso lo lleva a hacer cualquier macana".
