La querella había pedido 37 años y medio de cárcel, mientras que la Fiscalía, 28 años de prisión.
En el juicio, que se realizó en una sola jornada, los jueces escucharon a una veintena de testigos -policías, peritos y allegados de la víctima- que relataron que el chico no tuvo ninguna oportunidad de defenderse. En el juicio oral, tres amigos que estuvieron con Lucas aquella noche
reconocieron a Tomassi como el sujeto que le disparó. "Tomassi fue a matar y después a robar; nos podría haber tocado a cualquiera de nosotros", dijo uno de los tres amigos que estaba con Lucas aquella noche y que, al igual que los otros dos, identificó al acusado como el ejecutor.
El crimen ocurrió el 22 de marzo de 2009, cuando Champa -un joven que era técnico en computación- estaba en la casa de su novia, que cumplía años, en San Fernando, y salió a conversar con unos amigos.
Entonces aparecieron dos "motochorros" que quisieron asaltarlo. Cuando Lucas trató de sacar la billetera uno de los maleantes le descerrajó un balazo en la cabeza.
Los delincuentes escaparon y Champa murió en un hospital, pero poco después la policía detuvo a Tomassi, mientras que su cómplice permanece prófugo.