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Buscan a dos jóvenes hermanos que serian los secuestradores del adolescente asesinado

Dos jóvenes hermanos eran hoy buscados por la policía bonaerense como presuntos sospechosos del secuestro de Matías Berardi, el adolescente de 16 años de Pilar que fue privado de su libertad y terminó ultimado de un disparo en la espalda, se informó hoy en los tribunales.
En tanto, en la fiscalía federal de Campana que conduce Orlando Bosca, a cargo de la causa, se aguardaba para esta tarde la audiencia en que se tomarían declaraciones indagatorias a los cinco detenidos por el caso, cuatro de ellos miembros de una familia.

Se trata del ciudadano uruguayo radicado en el país, Richard Souto, de 40 años, con antecedentes y dueño de la casa donde Matías estuvo cautivo; su esposa Ana; dos hijas del matrimonio de 19 y 17 años; y el ex socio del primero, Santiago García, de 60 años.

En la reconstrucción del vía crucis de Matías contribuyeron la filmación que lo registró, el miércoles a la madrugada, bajando de una combi en una estación de servicio donde iba a tomar un remís para ir a su casa, entrecruzamientos de llamadas y testimonios de vecinos.

La Fiscalía explicó, para aclarar las versiones circulantes, que el secuestro comenzó la madrugada del martes, cuando Matías había ido a una fiesta de egresados de un colegio en la disco "Pachá", en la Costanera Norte porteña.
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De allí salió en una combi, alquilada por los padres, junto a un grupo de amigos. Se bajó aproximadamente a las 05.30 en el cruce de Ruta 26 y Panamericana, en el ramal Pilar (ruta 8)", añadió la información oficial.

Se explicó que "a las 6.20 sus padres recibieron el primer llamado extorsivo de un secuestrador, en el que la madre escuchó de fondo gritos de su hijo Matías. Originalmente se pidió un rescate de 500 pesos, monto que fue elevándose. El padre llegó a ofrecer, en la última comunicación que le fue interrumpida por los captores, 6.000 pesos".

Los Berardi hicieron la denuncia cerca de las 8 del martes con un llamado al 911. Tras ello "hubo una única comunicación telefónica que pudo ser grabada debido a que la Fiscalía ya había ordenado la intervención del celular involucrado, hecho registrado aproximadamente a las 20.20 del martes. Después se cortó todo contacto".

La policía llegó al lugar de cautiverio y al del hallazgo del cuerpo merced a una denuncia efectuada al 911 "por un testigo que afirmó haber escuchado los gritos del secuestrado". La Policía Científica -dijo- "levantó rastros y huellas de una habitación de la herrería donde podría haber estado alojado Matías. Allí se encontraron manchas presuntamente de sangre en una pared, actualmente todo esto bajo análisis" de esa división.

"Según la autopsia ... Matías fue ejecutado por la espalda. La bala entró por el omóplato, salió por el cuello y debido a que fue disparada a corta distancia o apoyada sobre su espalda no se pudo aún determinar el calibre del arma ejecutora. Podría ser de calibre 38, 9 ó 45 milímetros y tratarse de una pistola o un revólver", añadió la información oficial.

La Fiscalía indicó que el cuerpo "vestía zapatillas, un pantalón jean y se halló una remera al costado ... Rastrillado el descampado en que se encontraba el cadáver, se hallaron dos vainas servidas de calibre no determinado aún, pero posiblemente 45 mm., y una carcaza de un celular", ahora bajo peritaje.

Además aseguró que el asesinato "según los forenses, fue perpetrado en lugar del hallazgo del cadáver". Y aclaró que como se difundieron imágenes de la herrería, la Fiscalía "denunció el hecho ante el juez federal de Campana", y la Policía "inició un sumario administrativo para deslindar responsabilidades de los funcionarios policiales encargados de la custodia del lugar". Acerca de su breve huida, trascendió que Matías se habría quitado la venda y alcanzó a escapar. Incluso quiso subirse a un remís, pero su chofer no lo dejó pensando que era un ladrón y hasta lo denunció al 911.
Un testigo contó a TN que el chico "se fue corriendo por el medio de la calle y lo agarraron; son vecinos de hace rato. Los dueños de la casa dijeron que les había robado".

Otro testigo dijo que "tipo siete y media de la tarde lo vi a 50 metros (a Matías)", pero los secuestradores "decían que había sido un intento de robo de un auto; eran dos muchachos, y este muchacho (por la víctima) les decía 'déjenme hijos de ...".

"Todos pensaron que era un ladrón, creyeron que hubo un intento de robo de un auto", enfatizó. "El remisero denunció que le quisieron robar el auto, pero era Matías que pedía que lo sacaran", añadió.

Después llegó un patrullero, pero al creer que el delincuente había escapado los policías se fueron, sin saber que el chico había sido recapturado.

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