El imputado es el ex oficial Pablo Sanhuesa (27), para quien tanto la fiscal Laura Vivas como el representante de la familia de la víctima, Sergio Pirif, pidieron una pena de prisión perpetua, informó a Télam el abogado.
El hecho ocurrió el 19 de julio de 2009 a las 6, cuando el entonces oficial Sanhuesa interceptó con su pistola reglamentaria a Márquez (26) en la vereda de la calle 9 de marzo 441.
Para la fiscal, el policía "sin mediar palabra, le efectuó a Márquez dos golpes en la cabeza con la culata de su arma y cuando el joven estaba en claro estado de indefensión, en el suelo, de rodillas y malherido, tratando de reincorporarse, le apuntó por la espalda".
"Con claras intenciones de matarlo, le efectuó un disparo que le impactó, ingresando el proyectil por el abdomen, provocándole lesiones vasculares y viscerales que le ocasionaron la muerte", indicó Vivas.
Agregó que antes y después del crimen, Sanhuesa efectuó en total dos disparos, uno de los cuales se incrustó en una pared.
En los alegatos, la fiscal entendió que el hecho merece la calificación de "homicidio doblemente calificado por haberse cometido con alevosía y por un integrante de la fuerza policial" y pidió que Sanhuesa sea condenado a prisión perpetua.
A su turno, Pirif, representante de la particular damnificada (querella), coincidió con la fiscal en cómo ocurrieron los hechos y dijo que Sanhuesa le provocó las heridas a Márquez porque "tenía por fin inmediato la inmovilización de la víctima para actuar sobre seguro, evitando cualquier acción defensiva".
"Nunca ofreció resistencia contra su agresor", destacó el abogado y dijo que el hecho se encuadra en un "homicidio triplemente calificado por haberse cometido con alevosía, por un integrante de una fuerza de seguridad abusando de su cargo y por haber sido usada un arma de fuego para perpetrar el delito".
En tanto, el abogado del ex policía, Horacio Francetti, entendió que se trató de un homicidio preterintencional, que prevé una pena de tres a seis años de cárcel.
Este tipo de homicidio se le imputa "al que con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte".
"Voy a hacer todo lo posible para que (Sanhuesa) reciba la pena máxima porque abusó de sus actos siendo policía. No puede ser lo que le hicieron a mi hijo porque lo golpeó y después lo fusiló de un tiro cuando estaba de rodillas", sostuvo Vesna Ravnik, madre del joven.
El homicidio se registró cuando Márquez salió de un pub donde había ido a festejar el Día del Amigo con varios jóvenes.
Sanhuesa, que trabajaba en la comisaría 1ra. de Tigre y estaba de civil y franco de servicio, dormía en un auto estacionado frente al boliche "La Mónica", en Noya al 700, donde había ido a bailar con unos amigos.
Sanhuesa, que no declaró en el juicio y sólo esbozó unas disculpas, dijo en la instrucción de la causa que en ese momento dos ladrones se subieron al auto y le robaron un bolso con sus pertenencias, por lo que luego los persiguió.
En ese momento, según el efectivo, realizó varios disparos y Juan Cruz, que pasaba por el lugar, recibió un balazo en el estómago que luego le provocó la muerte.
El efectivo fue apresado por sus pares de la seccional local que patrullaban la zona de boliches.
