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Peter Gabriel brindó un espectáculo impecable en el estadio de Vélez

Con un cuidado repertorio integrado por temas de toda su carrera, el músico británico Peter Gabriel deslumbró al público local con un extenso show en el estadio de Vélez.
Más de dos horas y media duró el concierto del artista, que tuvo una lograda puesta en escena y contó con el acompañamiento de una sólida banda de músicos.

El show del cantante arrancó pasadas las 22.00, con más media hora de retraso. Seguramente haya influido en esta demora que el ingreso del público fue extremadamente lento y desorganizado, al menos en comparación a otros espectáculos realizados durante los últimos años en el mismo predio.

Sin embargo, sobre el escenario apareció Gabriel para cambiar los ánimos con sus inoxidables melodías, su inconfundible voz y su carisma.

Ubicado en los teclados, y vestido con camisa cuello mao azul y chaleco negro, el intérprete arrancó su lista de temas con "Rythm of the Night", "On the Air" e "Intruder".

"Hola a todos. Pasó mucho tiempo desde mi última visita. Lo pasé muy bien y estoy muy feliz de estar aquí otra vez", dijo el músico en un esforzado castellano al que recurrió cada vez que tuvo que dirigirse a la platea, algunas de ellas apoyado por un ayudamemoria.

Gabriel habló de que el calor de dos personas haciendo el amor puede ser tan alto como para hervir agua y arrancó con "Steam", el primer gran hit de la noche. Además, durante la canción también hizo su debut una lograda escenografía integrada por un fondo de LEDs que proyectaban imágenes y se complementaba con cinco paneles con la misma tecnología que colgaban sobre los músicos.

Siguió "Blood of Eden", en el que el anfitrión hizo un dueto con su hija Melanie, quien es además la corista de su banda. La delicada canción exigió a Gabriel una interpretación que puso a prueba su potencia vocal y sus matices. Un desafío del que salió airoso, ya que su garganta está en tan buena forma como en su anterior visita al país, a mediados de los 90.

Más tarde, una referencia a la guerra sirvió de intro a una versión bailable de "Games Without Frontiers" y precedió a una versión en clave tecno industrial de "No self control". Ahí tomó la posta la corista Melanie, quien interpretó "Mother of Violence".

Después, Gabriel regresó para encarar la oscura "Darkness", la demoledora "The Tower" y la mística "San Jacinto", inspirada en una historia que un aborigen le relató al compositor en uno de sus viajes a Estados Unidos.

Para el último tramo quedaron los temas más celebrados por un público que bailó, cantó y se deshizo en exclamaciones de admiración hacia el mítico rockero. Así llegaron "Big Time", "Secret World", "Solsbury Hill" y el superclásico "Sledge Hammer".

El cierre fue con "Signal to Noise", aunque el público reclamaba la vuelta del artista al escenario. Los primeros bises fueron "In Your Eyes", con Gabriel y el bajista Tony Levin haciendo un gracioso paso de baile, y "Red Rain".

Minutos después, y ante la insistencia de sus fans locales, el músico salió nuevamente a tocar. El primer tema fue "Father/son", dedicada a su padre. Y el segundo, y último, "Biko", la composición en homenaje al activista anti-apartheid asesinado en Sudáfrica en 1977.

Media hora después de la medianoche, Gabriel saludó una última vez y se retiró definitivamente, mientras un satisfecho público comenzaba a abandonar el estadio de Liniers. (Reporter)

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