Scioli, en declaraciones al canal Todo Noticias (TN), manifestó que "es probable" que la amenaza que sufrió haya sido efectuada por grupos de la Policía Bonaerense que "se resisten a los cambios" que se han llevado a cabo en la fuerza en los últimos tiempos.
De esta manera, el mandatario provincial salió a dar explicaciones, luego de que anoche su ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, reveló que Scioli fue amenazado de muerte.
En su análisis sobre la amenaza, Scioli opinó que "nosotros, en la lucha contra la inseguridad, estamos rompiendo eslabones claves en la logística del crimen, y toda acción genera una reacción".
"El secuestro de droga, de armas, de autos robados y el record de detenidos demuestran que nuestra voluntad en la lucha contra el delito es muy clara", recalcó.
Scioli apuntó que "por más mensajes manden, la decisión de combatir el delito es irreversible".
"El único mensaje que escucho todos los días es el de la gente que quiere más seguridad y vivir tranquila y en paz", subrayó el gobernador bonaerense.
Luego, relató que la amenaza que recibió tenía un contenido de "odio y resentimiento hacia las acciones que estamos llevando adelante".
"Nada de esto va a amedrentarme ni quitarme el entusiasmo, la pasión y el compromiso en redoblar los esfuerzos", afirmó Scioli.
El funcionario comentó que su gestión está haciendo "una lucha hacia adentro de la policía y es muy claro el nivel de depuración que hemos hecho durante el año pasado".
Scioli indicó que la Policía es "una fuerza subordinada al poder político, al lineamiento y al plan que está en marcha".
"Alentamos a los buenos policías y poniendo rápidamente al margen de su responsabilidad cuando no cumplen el compromiso que les ha confiado la sociedad", insistió.
Respecto a que la amenaza haya provenido de algún sector policial, dijo que "puede ser y es probable, ya que hay más de 50 mil hombres y algunos pueden estar resistiendo el cambio".
"Esto no me va a detener ni asustar", culminó Scioli, quien días atrás pidió ir a fondo en la investigación por el secuestro del empresario Leonardo Bergara, en el que los principales sospechosos son policías bonaerenses.
