En ese sentido, el oficial remarcó que para esta ocasión se llevó a cabo una planificación estratégica adecuada a cada zona y no en general, y que, para ello, se tuvo en cuenta la población que reside en forma permanente, extensión de playas, nocturnidad y cantidad de turistas que pueden arribar a cada lugar.
Asimismo, el jefe policial agregó que se reforzaron las recorrías de las cuadrículas y que las tareas de los efectivos van a variar en base a los delitos que se esclarezcan y aparezcan.
Por otra parte, Martínez declaró que anoche puso en marcha una serie de operativos especiales en distintos puntos de accesos a la Costa Atlántica, en los que se realizan controles de alcoholemia, verificación de documentación de vehículo y personas y el estado de los rodados y si tienen pedido de secuestro (de la gente mediante el sistema Morpho Touch).
Los controles están a cargo de numerarios de la Superintendencias de Seguridad Vial, Coordinación Operativa, e Investigaciones en Función Judicial y del Tráfico de Drogas Ilícitas.
En tanto, con respecto a los controles de alcoholemia, el superintendente manifestó que la mayoría de los registrados lo toma de la mejor manera porque comprenden la importancia de llevarlos a cabo.
Por otra parte, destacó que en caso de dar positivo se le secuestra el automóvil al infractor –queda a disposición del municipio donde se realiza el operativo-, situación que se puede revertir si el juez interviniente autoriza a una eventual segunda persona a que continúe con su conducción, previo paso por un test negativo.
Este fin de semana, los controles ocasionaron que el predio de la Dirección de Tránsito del partido de General Pueyrredón colapsara, y que muchos vehículos debieran ser ubicados en calles cercanas a ese predio.