La ex candidata a la presidencia dijo que "hay otras maneras de ayudar a Colombia y de servirle al país" que retomando su carrera política interrumpida por el secuestro de las FARC, por lo que mantendrá su trabajo "desde afuera".
Betancourt recordó que a ella y al resto del grupo con el que fue liberada, las FARC los considera como "fugitivos", "un apelativo que tiene una connotación muy fuerte y de ahí que somos objetivos de guerra", por lo que afirmó que "hay que ser muy prudentes, sin prestarse a que puedan hacer fácilmente algo contra uno o las personas que están con uno".
"Tengo claro que volver a la vida política no es lo que quiero", dijo la ex rehén de la guerrilla al reafirmar que su "objetivo principal es la liberación de los muchachos" que siguen en cautiverio en la selva colombiana en poder de la guerrilla.
La ratificación de su alejamiento de la política se da en momentos en que el presidente colombiano Alvaro Uribe tiene una opinión favorable de 78 por ciento y una aprobación a su desempeño en el cargo de 82 por ciento, según una encuesta de Gallup.
Según el mismo relevamiento, Betancourt tiene actualmente una imagen positiva de 49 por ciento, 20 puntos menos que los que reunía a pocos días de ser liberada.
La ex candidata presidencial fue secuestrada por las FARC en febrero de 2002, y tras seis años de cautiverio fue rescatada el 2 de julio, junto a otros 14 secuestrados, por un comando militar que se hizo pasar por una misión humanitaria internacional.
Desde entonces, afincada en París, realiza numerosas actividades en favor de la liberación de los cientos de rehenes aún en poder de la insurgencia, y fue distinguida en España con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, por ser considerada un "símbolo mundial de la libertad".
También fue propuesta por el gobierno chileno a la candidatura al Premio Nobel de la Paz 2009, y fue galardonada con el premio Women's World Award como "Mujer del Año 2008" por ser considerada un "ejemplo" para millones de personas en el mundo.
En la entrevista de hoy Betancourt dijo que cenó anoche en Nueva York -en el marco de la Asamblea General de la ONU- con el presidente Uribe, en una conversación que calificó como "alentadora" y en la que trataron el tema de los rehenes pero no de candidaturas ni una eventual reelección del actual mandatario.
"Vi al presidente muy dispuesto y abierto a lograr soluciones, a tener contactos con la guerrilla y poder adelantar sobre ese tema. Aunque no es fácil porque sobre el nuevo Secretariado de las FARC se tienen pocas informaciones, es bastante hermético, pero pienso que hoy más que nunca necesitan contacto", afirmó la franco colombiana.
La dirigente afirmó que la única salida para las FARC es "que se abran al diálogo con el presidente Uribe" y entreguen los secuestrados en su poder, que son para ese grupo "un peso muerto y un caudal de reproche internacional sin nada a cambio".
Sobre su propio futuro dijo que "volver a la contienda política es algo que no quiero" y valoró que se le mencione como candidata para dirigir la UNESCO, aunque es "un proceso muy largo" y "hay candidatos extraordinarios que pueden hacer un rol mejor que el mío".
En tanto, la líder opositora colombiana, Piedad Córdoba, denunció hoy amenazas contra sus hijos por parte de grupos paramilitares de ultraderecha, y responsabilizó al gobierno de lo que le pueda suceder a los mismos.
Córdoba reveló que ya sacó del país a uno de sus hijos y que estudia tomar medidas similares con el otro esta semana, ante el riesgo que, según dijo, corren sus vidas.
La senadora del partido Liberal, a quien el gobierno acusa de tener supuestos nexos con las FARC, dijo que las amenazas se han hecho por teléfono y tienen origen en la banda paramilitar "Aguilas Negras" y en la Fuerza Pública local. (Télam)
