Los operativos se desarrollarán en el sector comprendido por las avenidas Callao, del Libertador y Leandro N. Alem, y las calles La Rábida e Hipólito Irigoyen. El objetivo del Gobierno de la Ciudad es optimizar el control en la vía pública tratando de evitar que se estacione en lugares indebidos, y también que en los carriles exclusivos para transporte público circulen vehículos que no están habilitados por Ley.
En el primer día del operativo, habrá agentes en las cuadras de la calle Suipacha entre Corrientes y Santa Fe; Bernardo de Irigoyen entre Independencia y Moreno; y Esmeralda entre Bartolomé Mitre y Córdoba, entre otros puntos. Por otro lado, en el caso del control de los carriles exclusivos, los agentes se ubicarán en las esquinas de las aceras derechas en las avenidas con dichos carriles para transporte de pasajeros: taxis y colectivos.
En el control de estacionamiento, trabajarán 40 agentes (20 por la mañana y 20 por la tarde) en grupos de dos personas por cuadra y serán los encargados de impedir que los automovilistas se detengan en los lugares no autorizados.
Desde el Gobierno también se señaló que "con el control de ambas acciones, se busca optimizar el uso del espacio público, a fin de mejorar el flujo vehicular en el área céntrica".
En cuanto a la multa será labrada sólo si el agente ve la infracción una vez cometida, ya que si una persona intenta estacionar en un lugar prohibido se le avisará de la normativa para que no lo haga.
El presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte de la Legislatura porteña, Daniel Amoroso, quien participó de la puesta en marcha de este plan, señaló que "con estos controles no se persigue un afán recaudatorio, sino que lo que se busca es mejorar el tránsito en una zona crítica de la Ciudad y concientizar a la gente sobre lo que no se puede hacer".
Luis Viviant
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