En la actualidad, lejos de ese mal momento, contó detalles de esos días, en una nota que brindó para el ciclo de “Intrusos” que se emite por el canal América.
“Pedí ayuda porque me di cuenta de que me iba a morir si seguía así. A partir de julio empecé a estar inestable, a deprimirme por el proyecto que yo había emprendido, en el que mi socio ponía el predio y yo ponía todas las reformas y la decoración. El presupuesto de julio de ese año no era el mismo que el de julio del año pasado y eso me empezó a angustiar un poco”, indicó.
“Hasta que un día me despierta el celular y me dicen que mi hermano del corazón, Gaspi (Gaspar), había fallecido. A partir de ahí me levanté y empecé a hacer todos los trámites para enterrarlo y ya después, así como el campo me descansó y me dio mucha energía, me la chupó y empecé a no comer”, agregó.
En ese sentido, señaló: “Lo único que hacía era desayunar, una galletita, un café con leche y después, durante todo el día, no comía. Sí tomaba muchas pastillas para dormir porque no quería salir de la cama y ahí fue cuando perdí 10 kilos”.
“Estoy en manos de mis hijos”, remarcó, y aseguró: “No tenía ganas de morirme, tenía una fuerte crisis existencial, cómo voy a seguir, qué hago”.
“Llegué a dormir 24 horas, no me quería levantar de la cama. Estando en la clínica, me permitían ese día, después los otros era ir a terapia, hablar, hacer cosas”, relató.
Sostuvo al respecto: “No la pasé tan mal... Te digo que por la calle hay mucho loco suelto que están peor que los que estábamos ahí adentro”.
“Hacíamos terapia entre nosotros. Me hice mucho veinte digo que no podía creer que haya chicos tan jóvenes con depresiones tan profundas”, añadió.
Finalmente, la prestigiosa actriz cómo son sus días hoy: “Ahora estoy con psiquiatra, pero por la medicación; no estoy con psicólogo. No tengo tiempo, estoy muy dedicada a los ensayos porque bailamos, cantamos, es un espectáculo bastante complejo y le estoy metiendo pata a eso”.