En tanto, la música no pudo cambiar el descontento de la gente, que colmó las instalaciones del hipódromo -se informó a la prensa que unas 170.000 personas asistieron durante los dos días de festival-, en cuanto al sistema de venta de comidas y otras cuestiones organizativas.
En su versión 2016, el “Lolla” dijo “adiós” a pura fiesta con
la dupla Yolandi-Ninja.
Estos dos raperos sudafricanos colapsaron el escenario “Perry's” con sus vestimentas de tallas grandes y los hits “I fink U Freeky”, “Ugly boy”, “Fatty Boom Boom”, entre otros.
Al mismo tiempo, pero en una atmósfera de pop/folk y tranquilidad, Florence + The Machine cerró las actividades en el “Main Stage”.
El número final del festival estuvo a cargo del reconocido DJ Kaskade, que siguió con la fiesta de los africanos, mientras el “Lolla” comenzaba a desarmarse.
Al caer la noche Mumford a Sons convocó a una muchedumbre con su propuesta alternativa y luego fue los Babasónicos los que recibieron una ovación de parte del público.
“Y qué”, “Los calientes” y “Putita” generaron delirio entre los fans de la banda liderada por Adrián Dargelos, mientras en el “Perry's”, RL Grime hacía sonar sus mezclas.
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El festival realizado en San Isidro no fue todo música, fiesta y alegría.
El público tuvo muchas quejas con el sistema de obtención de comida, ya que para hacer las transacciones se debía comprar papeles que simularon dinero del festival, para canjearlo por alimentos.
Además, de los precios y la calidad, también fue resultaba muy agobiante la espera por los pedidos, lo que dificultó ver y disfrutar de algunas bandas.
La organización general no se quedó atrás: este año las autoridades implementaron un sistema de pulseras en vez de entradas, con un código QR que era leído con sensores en los molinetes de ingreso.
Lo práctico de la iniciativa para entrar se transformó en un desorden a la hora de estar dentro del predio, ya que había pulseras para todo y de diferentes días.
Esta idea llevó al personal de control y a la organización a cambiar el protocolo varias veces.
En cuanto a la música, el segundo día del “Lolla” también ofreció una propuesta para los amantes del heavy metal, el punk y el rock caótico.
La presencia de la reconocidos Bad Religión y todo su arsenal de canciones, a los demoníacos y enmascarados miembros de Ghost y tuvo a los argentinos de Carajo sorprendidos por la convocatoria.
También el rock inglés de Noel Gallagher's High Flying Birds y las ansiadas presentaciones de Marina and The Diamonds y Alabama Shakes cautivaron al público.
Las mezclas del productor Alain Macklovitch, mejor conocido como A-Track, se llevaron calurosos aplausos y las manos del público en el aire demostraron el poder de su música.
Otro dúo, esta vez de los canadienses de Zeds Dead, le dio continuidad a la electrónica en el “Perry's”, donde la gente pareció no tener respiro.
El flamante reemplazo de Snoop Dogg y cantante de la banda The Killers, Brandon Flowers, demostró su calidad y solidez como solista.
Odezsa en el alternativo y Matthew Koma hicieron bailar a cientos de jóvenes.
El hard rock, con tintes sureños estadounidenses de “Vintage Trouble”, renovó clásicos sonidos que no se escuchaban desde hace rato en el festival.
La enérgica y poderosa banda argentina Boom Boom Kid y los éxitos “Reírme más” y “La isla del sol” de Leo García cargaron la tarde en el alternativo y el escenario “Perry's”, respectivamente.
También se lucieron en la jornada final del “Lolla” Eruca Sativa, gracias a la poderosa voz de Lula Bertoldi, el versátil bajo de Brenda Martin y el prolijo trabajo de Gabriel Pedernera en la batería; el artista argentino proveniente de Córdoba Juan Ingamaro con un poco de pop, el blues/rock de Los Espíritus y el denominado “bastard pop” del DJ Villa Diamante, de igual modo que el dúo de hermanos Festa Bros.
