En las primarias de agosto, en la categoría presidencial, el FpV había llegado a 39,6% de los votos bonaerenses, Cambiemos al 29,1, UNA el 20,6 y Progresistas el 4,2, mientras que el voto blanco fue del 5%.
Scioli debía sumar en su propio territorio, pero restó, y ahora llega en una posición que no esperaba al ballottage de noviembre y con Cambiemos, con el Pro a la cabeza, en línea ascendente: el triunfo de María Eugenia Vidal en la puja por la gobernación puede arruinar las expectativas de cualquiera.
Sergio Massa, candidato presidencial por la Alianza Unidos por una Nueva Alternativa (UNA) en fórmula con Gustavo Sáenz, se ubica tercero con 22,44% de los votos, un porcentaje clave para convertirse en el árbitro del ballottage del 22 de noviembre.ð La fórmula de la Alianza Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Nicolás del Caño-Myriam Bregman, llega al 3,76% de los votos y resigna a un cuatro lugar a Progresistas, con Margarita Stolbizer y Miguel Angel Olaviaga, con 2,94% de los sufragios, cuando los votos en blanco llegan al 2,30%.
La Alianza Compromiso Federal, con Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso, logra el 0,97%.
Para diputados nacionales, con 35 cargos a elegir y el 71,99% de las mesas escrutadas, el FpV tenía 36,65% (14 bancas), Cambiemos 34,06% (13), UNA 21,05% (8), la alianza Frente de Izquierda 4,58% y Progresistas 3,65%, ambos sin representación.
Para el Parlasur nacional el FpV lograba 36,76% y Cambiemos 33,85%, y para el regional el FpV llega al 36,70% y la alianza que encabeza el Pro a 34,74%.
Antes de la primera hora después del cierre de los comicios los dirigentes del Pro marcaban que Macri llegaba al ballottage, mientras desde el massismo pedían cautela y respeto por las personas que todavía estaban votando, sin "hablar de resultados electorales", pero sin ocultar su "optimismo".
Scioli, con la certeza de que la segunda vuelta era inevitable y que estaba lejos de los ocho a diez puntos que le marcaban las encuestas, dijo que "los cambios tienen que ser cambios para adelante y no para atrás, y siempre incluyendo a los más necesitados".
"Sólo a partir de su bienestar podremos tener una sociedad más integrada, seguridad y en paz", enfatizó el gobernador bonaerense, y realizó una convocatoria abierta a los indecisos.
"Estoy más convencido que nunca de que los argentinos no quieren volver al ajuste, la devaluación y el endeudamiento", sostuvo en el búnker del oficialismo en el Luna Park, en lo que parecía anunciar que la segunda vuelta era inevitable.
Mauricio Macri, en un escenario marcado por la euforia de la elección en la provincia de Buenos Aires, habló parado en el cara a cara del ballottage y abriendo la fuerza de Cambiemos al horizonte del todo o nada que espera en noviembre.
Scioli aventaja a Macri en la provincia, pero la diferencia es demasiado escasa y noviembre queda demasiado cerca: la segunda vuelta lo espera con la amenaza de que se cumpla la tradición según la cual ningún gobernador bonaerense llega a la presidencia por el voto popular.
