Allí, Macri aclaró que aludía al “querido Fernando Niembro”, de quien destacó que “fue al juez (Sebastián Casanello, quien lo investigará por supuesto lavado de dinero), se presentó y mostró sus papeles, demostrando que no es igual” al kirchnerismo, “que no vino por un cargo, para aferrarse y tener fueros”.
“Él venía a dar testimonio de que todos tenemos que participar”, subrayó Macri sobre Niembro y agregó: “Quiero dar testimonio de que el 10 de diciembre empieza algo distinto en nuestro país y que por eso renunció (a su candidatura)”.
El jefe de Gobierno también cuestionó a su rival del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, por no salir a apoyar al futbolista Carlos Tevez, quien se refirió a la pobreza de Formosa y el gobernador de esa provincia, el kirchnerista Gildo Insfrán, salió a criticarlo, mientras un funcionario suyo lo tildó de “villerito europeizado”.
En Rosario, rodeado por seguidores y voluntarios del PRO, el candidato presidencial se pronunció a favor de “dejar de pelear para empezar a escuchar” y sostuvo que uno de sus desafíos es “terminar con el narcotráfico en la Argentina”, porque está “envenenando a los jóvenes”.
“Vemos peleas entre bandas que quieren afirmar su control del territorio y generan muertes y más muertes todas las semanas”, afirmó y señaló que el narcotráfico avanzó gracias a acuerdos con sectores de la política, de la Justicia y de las fuerzas de seguridad y que “hay que parar con eso ahora”.
“No podemos vivir en un mundo de rejas. Toda Rosario está enrejada, la Argentina está enrejada”, planteó Macri.