Todo comenzó durante la mañana, cuando el cordobés cargó literalmente a Francisco sobre su espalda y lo llevó al jardín. Hasta allí, todo no era más que un juego inofensivo entre dos grandotes. Sin embargo, cuando ambos empezaron a teatralizar una especie de lucha en el barro, un mal movimiento terminó con Fran tendido en el piso y uno de sus hombros fuera de lugar.
Las imágenes posteriores fueron, sin dudas, las más dramáticas, con Francisco gritando y llorando por el dolor, tanto cuando era atendido por los médicos dentro de la Casa como cuando fue trasladado.
La escena conmovió a todos los chicos, pero principalmente a uno: Mariano, triste y golpeado por lo sucedido, rompió en llanto en el confesionario y le pidió perdón a la familia por lo sucedido.