En ese contexto, sobresalió la incidencia del voto en blanco, dado que se registraron 88.708 sufragios en ese sentido, muy por encima de los 34 mil que hubo en la primera vuelta.
Así, Rodríguez Larreta se convirtió en el sucesor de Mauricio Macri, cuyo partido logró retener por cuatro años más el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con una victoria pírrica y muy lejana a los triunfos de Macri en 2007 y 2011.
En 2007, Macri le ganó con el 45,7 por ciento de los votos la primera vuelta al candidato del Frente para la Victoria, Daniel Filmus, que obtuvo el 23,7 por ciento, y en el balotaje lo superó más holgadamente, con el 60,9 contra el 39 por ciento.
En 2011, el líder del PRO fue reelecto tras ganar la primera vuelta con el 47 por ciento de los votos contra el 28,8 por ciento de Filmus y el balotaje con el 64,2 contra el 35,7.
Tanto en el PRO como en el equipo de campaña de ECO estimaban en los últimos días que este balotaje sería más ajustado pero que de todas formas la fórmula Rodríguez Larreta-Santilli ganaría por una diferencia de entre ocho y diez puntos.
Por todo ello, en el búnker de campaña montado en Costa Salguero el PRO trató de disimular el golpe que significó este resultado, de apenas tres puntos de ventaja sobre ECO, espacio que, además, integra el frente nacional Cambiemos con el que Macri quiere disputar la Presidencia.
Al salir al escenario, Rodríguez Larreta expresó su “orgullo” por el triunfo y agradeció “especialmente” a Lousteau, a quien le reconoció que “hizo una excelente elección”, mientras los militantes cantaron la consigna “Mauricio presidente, Horacio en la Ciudad”.
En tanto, en el comando de campaña de ECO los militantes eligieron otro cántico que decía “Qué boludo, qué boludo, las encuestas se las meten en el culo”, ante el resultado positivo que obtuvo su fórmula pese a haber perdido.
El 10 de diciembre, Rodríguez Larreta y Santilli asumirán como jefe y vicejefe de Gobierno respectivamente, para otros cuatro años de gobierno del PRO en la Capital Federal. (NA)
