En ese sentido, en una primera instancia, los inspectores toman muestras de carne picada, y realizan hisopados en utensilios para su análisis bacteriológico y una auditoría sobre las buenas prácticas de manipulación de los alimentos.
“Los análisis bacteriológicos permiten detectar la existencia de bacterias patógenas y verificar algunos indicadores. Hasta ahora, los resultados vienen siendo satisfactorios, por lo que estamos partiendo de una buena calidad de carne picada”, señaló Fiqueprón.
El programa comprende dos etapas más, una segunda que incluirá una nueva auditoría y toma de muestras medioambientales, y una tercera en la que se repetirán las muestras en casos con resultados no satisfactorios.
La Dirección de Bromatología e Higiene tiene a su cargo, entre otras actividades, el control de plagas en establecimientos educativos antes del comienzo de clases, y de la aptitud del agua de los natatorios privados; inspecciones para la habilitación de comercios e industrias y en casos de denuncias; y los controles en autoservicios y despachos de pan tras la implementación del Registro de Abastecedores de Productos Panificados.
Además, ofrece un curso de manipuladores de alimentos, específicamente para carniceros, que es oficial y que tiene validez en toda la Provincia de Buenos Aires.