“Vinimos a recordar el cumpleaños de mi padre. Es una alegría compartir este momento con mis seres queridos”, dijo el intendente Gustavo Posse que fue acompañado por su mujer, María Fernanda Nuevo, y su hijo Melchor.
“Cuando una persona ya no está físicamente, la ves de otra manera porque la tenés presente por todo lo bueno que hizo, eso siempre queda”, agregó el intendente. A su lado, Fernanda comentó: “Fue una persona muy importante para San Isidro porque siempre trabajó por la gente. En lo personal fue un muy buen padre; como abuelo, increíble; y como suegro, mucho mejor”.
La misa estuvo a cargo del párroco de la Catedral, Pedro Oeyen, quien se refirió a la importancia de construir un mundo con amor, donde las personas sean capaces de aceptar y perdonar errores de los demás y los propios, para vivir en un lugar más justo.
Sobre el ex intendente, después del oficio religioso, el Padre Oeyen contó: “A Melchor lo conocí mucho porque cuando fue intendente yo era párroco en Beccar, donde él vivía y donde sus hijos iban al colegio. Fuera de la gestión pública, también lo conocí como médico pediatra; estaba enfocado en la salud de los chicos, siempre iba a los barrios, especialmente a La Cava. Fue un hombre que, sin duda, ha puesto mucho amor en lo que hacía más allá de la política. A mí, como persona siempre me ha parecido un hombre muy preocupado por los demás”.
