Así, el equipo de Ramón Díaz se sumó a los cuadros que también picaron en punta: Racing Club, Olimpo, Argentinos Juniors, Estudiantes de La Plata y Rosario Central.
Tal como ocurrió en los partidos de pretemporada, River presionó a su oponente y buscó atacarlo.
Para ejercer esa presión los Millonarios contaron con el despliegue valioso y constante de sus mediocampistas centrales, Leo Ponzio y Matías Kranevitter.
Detras de los dinámicos volantes, los integrantes de la línea de tres defensores, Gabriel Mercado, Jonatan Maidana y el colombiano Eder Alvarez Balanta, estuvieron atentos y se ocuparon de evitar que los del Lobo dispusieran de espacios para contraatacar.
En cuanto a las posiciones más ofensivas de los de Núñez, Manuel Lanzini y el capitán Fernando Cavenaghi tuvieron movilidad y se asociaron con los volantes para complicarle más la labor a los platenses.
Por la fuerza que desplegó River, a Gimnasia le costó demasiado tomar contacto con el esférico y por eso el visitante apareció poco y nada por la posición de Marcelo Barovero.
Ese protagonismo y voracidad le perminió a los del riojano ganar el parcial sobre el cierre de la primera etapa, cuando Ponzio avanzó, levantó la cabeza, vio el claro y desde fuera del área dejó parado a Fernando Monetti, quien se limitó a observar como el 1-0 tomaba forma junto a la base de su poste derecho.
En esa escena clave, el artillero colombiano Teófilo Gutiérrez se llevó marcas y el guardavalla de los Triperos estaba preparado para salirle, dado que hubiera sido razonable que Ponzio asistiera al oriundo de Barranquilla. En el segundo período River siguió siendo superior a Gimnasia, aunque la presión, lógicamente, disminuyó la intensidad.
De todos modos, tanto Cavenaghi como Lanzini desaprovecharon por falta de puntería situaciones favorables. Sobre la hora, Lanzini, inclusive, casi resuelve de rabona.
En definitiva, River venció y parece decidido a tratar de impedir que se transformen en golondrinas esas esperanzadoras victorias de los primeros días de 2014.
