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“Dulce amor” tuvo un final de ensueño, con transmisión con público desde el Teatro Gran Rex

Dulce amor tuvo un final de ensueño, con transmisión con público desde el Teatro Gran Rex
Emoción y alegría pero también acción y suspenso fueron los ingredientes del capítulo final de “Dulce amor”, una de las telenovelas más vistas en la historia de la televisión argentina que llegó a su fin con transmisión -con público fanático incluido- desde el porteño Teatro Gran Rex.
Desde muy temprano hizo cola para entrar al teatro de la calle Corrientes el público que ya tenía su entrada, para palpitar junto al elenco protagónico las instancias finales de “Dulce amor”.

En la trama de esta última emisión, que pudo verse por la pantalla de Telefe, Marcos (Sebastián Estevanez) acorrala a Lorenzo (Pedro Cernadas) y cuando parece que lo tienen entregado, él saca un arma y amenaza a Marcos.

Victoria (Carina Zampini), quien está viendo todo desde la pantalla de una computadora desde una oficina pegada a la que ocurre el suceso, acude desesperada para evitar una tragedia y termina quedando como rehén de Lorenzo que la usa de escudo para salir de la fábrica.

Por otro lado, Renzi consigue la protección pedida y confiesa todos los negocios de Lorenzo y Montalbán (Gerardo Romano).
Entonces, la policía sale tras Lorenzo, pero no son las armas las que logran detenerlo, sino las palabras de Marcos y la unión del barrio, el mismo barrio que él intentó destruir.

Marcos le habla a lo más profundo de su corazón. Lorenzo ve a Flor (Micaela Vazquez), a Angie (Sol Estevanez) que lo vino a buscar, a su hijo y, quebrado, baja el arma y libera a Victoria. La policía finalmente lo puede arrestar.

Mientras tanto, Julián (Juan Darthés) cierra su historia con Natacha (Calu Rivero) y elige el amor de Gisela (Florencia Ortiz). Gaby (Laura Novoa), en un gesto noble, le da el dato de que Gisela se está yendo, y Julián debe correr para detenerla y pedirle que se quede con él.

Luego de un tiempo Victoria Bandi ya no es la dueña sino la presidenta de la cooperativa que junto con todos los trabajadores lograron levantar y posicionar otra vez la fábrica familiar. Marcos aprovecha el momento para pedirle matrimonio por segunda vez, y ella acepta feliz casarse con el hombre que la enamoró dos veces en la vida.

Julián y Gisela finalmente ven llegar ese hijo que tanto anhelaron, y Gaby, cerca de Nano (Franco Pucci), se transforma en una buena amiga de su ex.

Por su parte, Elena (María Valenzuela) trabaja con Emilio (Jorge Sassi) en una fundación de ayuda social que tiene como sede la mansión, mientras pasa sus días en el barrio con Pepe (Arturo Bonín), viviendo aquella vida que debió ser.

Lucas (Nicolás Riera) y Brenda (Rocío Igarzabal) dejaron que el tiempo pase y sane las heridas; de a poco se fueron acercando y quizás ahora puedan empezar de nuevo, porque en el fondo el amor que los une nunca desapareció.

El barrio está de fiesta y el amor florece para todos, también para Isabel (Georgina Barbarossa) y Somoza (Claudio Santorelli), Ale (Fernanda Callejón) y el Terco (Hernán Estevanez), Máquina (Esteban Prol) y Coni (Gabriela Sari), Bruno (Nico Zuviría) y Maite. Y Flor está por conocer a su nuevo galán, mientras que Emilio finalmente recibe la visita de su amado Cris, dispuesto a jugarse por él.

Hasta en las sombras el amor renace: mientras Lorenzo cumple su condena Ángeles no se separa de él.

Además, con el tiempo Marcos y Julián pueden volver a las carreras y darse el gusto de ganar y Victoria preside la cooperativa número 1 en el mercado de los dulces.

Marcos y Victoria arman una familia hermosa, coronada por dos hijos, una dulce nena y un pícaro varón. Como en el final feliz de un cuento de hadas. O, simplemente, de telenovela. (Reporter)

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