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Violencia de género: Condenado por amenazar

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Un juzgado dictó una sentencia considerada ejemplar para el abordaje de la violencia de género por parte de la justicia: sancionó con 8 meses de prisión en suspenso y severas reglas de conducta a un hombre por el delito de amenazas a su ex compañera. Aquí, la historia del caso, en un artículo de la red Comunicar Igualdad, y el rol clave del DAMA.
Desde octubre del 2010, Tigre cuenta con una fiscalía especializada en temas de género, la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio de violencia de Género y Abuso Sexual, que fue la que llevó adelante la investigación sobre un hombre de 32 años – soltero, que se desempeña como operario y que tuvo dos causas anteriores por otros delitos-, a quien su ex compañera durante 6 años y madre de su hija de 3 denunció por amenazarla de muerte en marzo del 2012.

La fiscal a cargo, Marcela Semería, fue la que llevó la investigación del caso que recayó en el Juzgado en lo Correccional N° 2 de San Isidro, a cargo de la jueza María Ema Prada. “El fallo da cuenta de un proceso sensible de este juzgado que se abrió a otras pruebas y pudo escucharlos. Se amplió la mirada judicial. Es el primer fallo que tenemos en Tigre con estas características, que corta con la cadena de impunidad. Lo habitual es que las denuncias de amenazas no pasen a juicio, la justicia suele considerar que no hay suficientes medidas probatorias” señaló Eugenia Ghiotto, directora coordinadora de Políticas de Género y Violencia Familiar del Municipio de Tigre.

“Antes, la mujer que hacía una denuncia por violencia de género era atendida por un fiscal, luego por otro, la problemática era abordada por varios operadores judiciales sin continuidad en el tratamiento y el abordaje. Ahora, se concentra la información; hay un solo equipo de trabajo que ya conocemos el tema y en el marco del convenio que el Ministerio Público Fiscal lleva a cabo con el Municipio, convocamos para trabajar articuladamente a las dependencias públicas y a las organizaciones no gubernamentales que tienen que ver con el tema”, explicó Semería.

En la causa contra este hombre, que tuvo sentencia el 9 de octubre, Semería convocó a testimoniar a cuatro policías que atendieron a la víctima en el momento en que el hombre la amenazó de muerte en la puerta de la escuela de la nena; a una madre de una compañerita de la nena que pasaba por el lugar en el momento de las amenazas; y a Ghiotto, ya que la mujer víctima venía tratando su caso en la Dirección de Fortalecimiento de Tigre.

“Las situaciones de violencia de género son hechos que suceden en espacios privados, por lo general sin testigos, y en donde el vecindario no quiere meterse; hay una cuestión con las personas, los contextos y el tipo de hechos que dificulta mucho la prueba, que es esencial para convencer al juez. En este caso teníamos a la víctima que decía que había sido amenazada por él en la puerta de la escuela, cuando él tenía una medida cautelar vigente por la cual no podía acercársele. A la vez, el personal policial no sólo refirió lo que la víctima les dijo sino que explicó cuál era el estado emocional de ella en ese momento que llegaron a la puerta de la escuela”, agregó Ghiotto.

Cuando el 26 de marzo, el victimario amenazó de muerte a su ex compañera, infringió la prohibición de acercamiento a menos de 100 metros que tenía hacia ella por 180 días impuesta por un juzgado civil el 1 de marzo. Se trataba de la tercera medida cautelar que dictaba consecutivamente el juzgado debido a las reiteradas amenazas y agresiones. El argumento que él manifestaba era que dejaría de amenazarla cuando volviera con él.

Luego de la denuncia de amenazas en la puerta de la escuela, a fines de marzo del 2012, la mujer acudió a la Dirección de Fortalecimiento del Municipio, derivada por la Comisaría de la Mujer. Allí se le detectó la sintomatología física y psíquica característica de situaciones de violencia de género: trastornos en el sueño, en la alimentación, problemas digestivos y angustia. También se valoró que su caso tenía un riesgo alto debido a que había sido víctima de violencia física, psicológica, sexual, económica, restricción de la libertad, ambiental, amenazas de muerte con armas de fuego e incumplimiento de medidas cautelares.

Por eso fue incluida en el Programa de Alerta Tigre que incluye el dispositivo DAMA, que permite a las mujeres pedir ayuda cuando el varón violento las amenaza. El dispositivo permite a la vez grabar las conversaciones del ambiente. “Cuando la gente de la Dirección de Fortalecimiento declaró en el juicio, y relataron su abordaje del caso, las herramientas de las que disponen para trabajar, y el trabajo que hicieron con la víctima, tanto la jueza como la abogada de la defensa se quedaron asombradas porque era la primera vez que advertían que el Estado estaba activo y presente procurando la resolución del conflicto” añadió Semería.
Además de las causas por amenazas que se cursan en el fuero penal, hay una en el fuero civil en la cual le fue revocado hace pocos meses al victimario el régimen de visitas que tenía para su hija. “El realmente no quiere encuentros con la nena- dice Ghiotto- sino espacios para seguir violentando a su ex mujer. Estaba tan naturalizada la violencia en su contexto de origen que no podía reaccionar.”
En el testimonio presentado en la causa, la víctima expresó: “Convivimos seis años. La violencia comenzó psicológicamente desde que éramos novios, me decía que no le gustaba que hable con nadie, yo tenía que agachar la cabeza porque para él yo miraba a todos los hombres, yo tenía que mirar al piso y a veces lo miraban y él me culpaba a mí. Se iba al baño a tranquilizarse pero se iba a fumar marihuana, decía que eso lo tranquilizaba. Yo vi que me quería separar de mi familia y lo quise dejar en navidad ó año nuevo de 2008 a 2009, fue la primera vez que me amenazó con pegarme con una botella y ahí empecé a tenerle miedo”.

Desde que se separó a fines del 2011, la mujer vive con su madre y hermanas. La madre es fundamentalmente quien la apoya económica y emocionalmente. Se trata de vínculos que debe recuperar porque estuvieron totalmente abandonados durante años por las restricciones impuestas por su ex compañero. “Las redes le están funcionando bien pero muy de a poco. Al juicio fue sola o acompañada por nosotras –cuenta Ghiotto-. Cuesta mucho que en su contexto entiendan que él puede ser sancionado penalmente. Ella está haciendo muchísimos esfuerzos.”

Además de los 8 meses de prisión en suspenso, la jueza impuso al victimario reglas de conducta por el término de dos años: mantener la residencia fijada, haciendo saber todo cambio con antelación; someterse al cuidado del Patronato de Liberados para su debido contralor; abstenerse de concurrir a los lugares a los que vaya ella; abstenerse de consumir estupefacientes y de abusar de bebida alcohólicas; y someterse a un tratamiento psicológico. Si no cumpliera, se le revocaría la condicionalidad de la condena.

Ayuda a Víctimas de Violencia en el Municipio de Tigre:
Maipú 215 - Hospital Municipal de Tigre.
TE: 4731-7644.
direcciondegeneroyviolencia@tigre.gov.ar

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