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Argentina y Brasil se soltaron poco y el empate sin goles pareció dejarlos conformes

Argentina y Brasil se soltaron poco y el empate sin goles pareció dejarlos conformes
Los seleccionados de la Argentina y Brasil, integrados por futbolistas del medio local, empataron sin goles esta noche en el Estadio Mario Alberto Kempes en el primer "chico" del Superclásico de las Américas. La revancha se jugará el 28 de este mes en Belén, Brasil.
Mientras prevaleció el rigor táctico, tanto Argentina como Brasil fueron inofensivos. Pero, cuando alguna de las individualidades se animó a hacer algo distinto, el peligro de gol estuvo latente en las dos áreas.

La primera situación neta fue para Argentina. A los seis minutos, el "Burrito" Juan Manuel Martínez desbordó a Danilo, tal como sucedería durante buena parte de la noche, y envió un centro que Mauro Boselli llegó a conectar, pero su remate se fue por encima del travesaño.

Con el correr de los minutos, Brasil comenzó a desnudar las desventajas que ofreció la línea de tres argentina. Se jugaban 10 cuando Neymar, con un quiebre de cintura, se sacó la marca del capitán Sebastián Domínguez de encima y habilitó a Leandro Damiao. Pero el goleador del fútbol brasileño, desde inmejorable posición, abolló el palo izquierdo del arco defendido por Agustín Orion.

Pero Brasil también tenía problemas en el fondo, también por la izquierda de su defensa, en la que Kleber perdió más de lo que ganó. Por ese sector prevaleció Augusto Fernández, quien a los 14 envió un centro atrás, Boselli anticipó en el primer palo y remató apenas desviado.

Esas fueron las principales aproximaciones a los arcos de la etapa inicial, porque después ninguno de los dos arriesgó de más, aunque Brasil fue un poco más prolijo en el manejo del balón, un rubro en el que Héctor Canteros no tuvo interlocutores en Argentina. En cambio, las contadas veces que Neymar y Ronaldinho se juntaron y mostraron su atrevimiento encendieron una luz de alarma en el equipo de Alejandro Sabella.

Recién a los 34 Martínez sacudió la modorra en la noche cordobesa. El delantero de Vélez se perfiló y sacó un remate fortísimo, desde unos 30 metros, que se fue cerca del palo izquierdo de Jefferson.

En el inicio del complemento, Argentina intentó presionar un poco más en el medio. El clamor de Sabella era que el equipo fuera "más corto" y pude decirse que lo consiguió en la medida que Iván Pillud y Emiliano Papa se sumaron a la ofensiva.

Sin embargo, se siguió jugando bastante lejos de los arcos. Argentina, que por lesiones perdió a sus dos delanteros titulares, volvió a arribar con peligro a los 16 minutos, tras una buena jugada colectiva en la que Canteros habilitó a Pablo Mouche, pero el atacante de Boca, que había reemplazado a Martínez, cabeceó débil y a las manos de Jefferson.

A los 32 el partido se encendió con una extraordinaria maniobra de Leandro Damiao, quien desairó a su marcador haciendo una "bicicleta" con "sombrero" incluido y, después, se la picó a Orion, pero el disparo dio en el palo. Y, unos segundos después, fue Mouche el que volvió a exigir al arquero de Brasil.

El conjunto de Mano Menezes tuvo una chance muy clara a los 36, cuando un tiro libre magistralmente ejecutado por Ronaldinho obligó a la estirada de Orion para evitar el gol.

A Argentina no le alcanzó con buenas intenciones. Le faltó atrevimiento para doblegar a un Brasil que se mostró vulnerable, sobre todo por los laterales. Y a la visita tampoco le alcanzó con las pinceladas de su jerarquizado tridente ofensivo, aunque dejó la sensación de haber estado un poco más cerca del triunfo, sólo por el peso de sus individualidades.

Para la selección argentina quedó como saldo positivo el aplomo y el criterio que derrochó Canteros y el atrevimiento de Martínez, mientras estuvo en cancha. Por lo demás, quedó en evidencia que lo de este miércoles fue aprendizaje.

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