"Luego de un largo proceso de debate y reflexión personal, siento, estoy convencido de que el mejor lugar para poder hacer ese aporte (a la unidad) es desde la ciudad de Buenos Aires", enfatizó Macri al oficializar que peleará por la Capital.
Macri se sumó de este modo a una larga lista de dirigentes nacionales que declinaron pelear contra el kirchnerismo en octubre, como el vicepresidente Julio Cobos, el chubutense Mario Das Neves, el diputado nacional de Proyecto Sur Fernando Solanas y el senador radical Ernesto Sanz, entre otros.
Macri aseguró que el PRO "va a trabajar para construir de acá a octubre una propuesta nacional".
"El límite lo va a poner la gente" y "las fuerzas que apuestan a la confrontación y no al diálogo", coincidieron en declaraciones a DyN el ministro de Justicia, Guillermo Montenegro, su par de Educación, Esteban Bullrich, y el secretario General de Gobierno, Marcos Peña, cuando se les preguntó por la construcción que hará el PRO a nivel nacional.
Poco después, desde un escenario circular ubicado en medio del gimnasio del club, Macri hizo hincapié en sus llamados "al diálogo, la unidad nacional y el amor para construir una Argentina de la que estemos todos orgullosos".
Sin deslizar quién podría secundarlo en la fórmula para repetir cuatro años de mandato en la Capital Federal, Macri pidió "con orgullo pero a la vez con mucha humildad" a sus seguidores que lo acompañen en el "nuevo desafío" que supone postularse nuevamente como jefe comunal.
Será alguien "de adentro del PRO, alguien que ya esté trabajando con nosotros", respondió a esta agencia el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, mientras que el ministro de Ambiente, Diego Santilli, y el de Cultura, Hernán Lombardi, sostuvieron que será "alguien con quien Mauricio esté cómodo", también en diálogo con DyN.
En su arenga, y antes de cerrar el acto bailando con su mujer en medio del escenario, Macri pidió a los presentes que lo "acompañen a terminar lo que empezamos".
"Hoy estamos mejor preparados para resolver los problemas que hace cuatro años, porque hemos crecido y hemos aprendido, pero también conservamos la misma frescura y el mismo entusiasmo con el que un día decidimos meternos en esto. Salgamos a conquistar cada uno de los corazones porteños", expresó.
Lo escuchaban desde abajo del escenario los ministros de su gabinete, la diputada nacional Gabriela Michetti, y la mujer de Macri, Juliana Awada, quien se limitó a asentir con una sonrisa cuando DyN le preguntó si estaba contenta con la decisión de su esposo.
La frase con la que Macri confirmó que bajará a pelear por la Ciudad despertó el entusiasmo de los poco menos de dos mil militantes que llegaron hasta Villa Pueyrredón, donde se presentaron con globos y remeras de distintos colores con la leyenda "sos bienvenido, Mauricio 2011".
El cántico "Para Mauricio la reelección" sólo quedó en segundo plano durante el acto cuando la barra brava del Club Comunicaciones, ubicada en un lugar estratégico, a metros de Macri, entonó que la entidad "no se vende".
Tras esa intervención de carácter futbolero, el jefe comunal instó a "no dejarse llevar por la cultura de la división y el enfrentamiento".
"Les pido a los que quieren un futuro mejor que se sumen a esto de buscar las coincidencias", agregó.
Para justificar su decisión, remarcó que "lo que hacemos en la Ciudad tiene una enorme importancia para el resto del país. Podemos demostrar que no todo es lo mismo, que se puede dialogar y apostar por la unidad. No hay proyecto individual que pueda subsistir si la sociedad no se organiza", arriesgó.
Tras el acto, Macri partió junto a su esposa en el vehículo oficial, mientras que varios de sus ministros se quedaron en el lugar para apurar un choripán, a metros de los carteles con la leyenda "Mauricio en la Ciudad. Sos bienvenido".
