Urrizaga, un polémico personaje que generó amores y odios por su juego inescrupuloso pero también por mantener viva la tensión de la casa de Gran Hermano y así incrementar el rating del ciclo, se quedo finalmente con el triunfo en esta edición.
El éxito de rating confirmó el negocio hecho por Telefe que eligió un producto muy barato como un reality, rendidor, pero de baja calidad en comparación con cualquiera de las ficciones que hoy se ven en la TV argentina, para seguir luchando por el podio.
Luego de 131 días, un conteo que se inicio en diciembre del 2010, Telefe le puso fin a esta septima edición del reality, que le permitió al canal ganar los primeros cuatro meses de este 2011 en materia de rating.
A lo largo del verano Gran Hermano estaba presente en toda la programación de la emisora, a la mañana en “AM”, a partir del mediodía en “Zapping diario”, por la tarde en una emisión del Debate que luego se emitía en dos oportunidades más por la noche.
Combinando entretenimiento, ficciones, Gran Hermano y el otro reality “Talento Argentino”, Telefe edificó su liderazgo a pesar de cambiar de Gerente de Programación en su transcurso.
Para tener bien caliente la pantalla, Mariano Peluffo -un todo terreno de alto rendimiento- abrió la noche con el Debate, que tuvo como invitado al pampeano Martín Pepa, el último expulsado de la casa.
Al llegar a las 21, la que dejo la casa fue Kimba, la perrita golden retriever que vivió en la casa durante el último mes y medio y que partirá rumbo a Córdoba con Emiliano, uno de los participantes.
La Gala quedo a cargo de Jorge Rial, que ingresó junto a todos los participantes bajo un griterío de la gente reunida en el estudio que Telefe posee en la localidad bonaerense de Martínez.
Los familiares de Cristian U, Emiliano y Martín Anchorena se encontraban en el estudio junto a centenares de fans que inundaron las redes sociales con sus comentarios sobre el ciclo a lo largo de los 141 días.
En Twitter, Facebook y en la web de Gran Hermano, fans, ex participantes y familiares colgaban sus mensajes y sus comentarios sobre el devenir del juego, ampliando el negocio en materia de ingresos que significó el ciclo para Telefe.
Con una edición muy cuidada, Rial condujo el ciclo charlando con los tres finalistas y emitiendo tapes sobre diferentes situaciones vivida a lo largo de todo el ciclo.
A las 21.50, Rial comenzó a jugar con el minuto a minuto y la tensión para cerrar parcialmente y anunciar quien se quedaba afuera de la recta final y conseguía el tercer puesto.
Martín Anchorena, el participante que más tiempo estuvo dentro de la casa en esta edición, quedo en tercer lugar porque a la hora de recibir votos telefónicos para ganador, solo fue apoyado por 271.231 mil sms.
El pico más alto de rating se produjo cuando Rial abría el sobre y anunciaba a Anchorena, y según el minuto a minuto de IBOPE marcó 30,7 puntos contra los 5,6 que marcaba el ciclo de Chiche Gelblung en El Trece.
Igualmente el pico más alto se produjo a las 22.14, cuando Rial dialogaba con Anchorena en el piso, e Ibope marcaba 31,1 puntos e instalaba al programa en la tercer decena.
Un rato después el argentino-venezolano Ricardo Montaner interpretaba una canción nueva en el estudio y calentaba aun más la pantalla de Telefe, en su búsqueda de tener un cierre alto de Gran Hermano.
A las 22.40, Rial anuncio el cierre de la votación, mientras comentaba que Montaner volverìa a la pantalla a cantar otra canción y darle un cierre musical a este ciclo, que volvería para la primavera o fin de año en su octava edición.
Los teléfonos celulares son uno de los puntales del programa, ya que significan su fuente de ingresos más grande y por eso la producción juega con estirar las emisiones, abrir y cerrar las votaciones para que el público siga enviando mensajitos y dejando dinero por ese medio. (Télam).-
