Sí el público siguió masivamente este año a artistas del rock nacional que van por el costado de la parafernalia mediática y ni siquiera promocionan sus shows en los canales tradicionales, como el Indio Solari y La Renga.
Y otro dato significativo es que, además de no invertir la extraordinaria cantidad de dinero que invierten en difusión otros artistas, estos músicos hicieron que sus seguidores se trasladen al interior del país para verlos. Porque, aún vigente el efecto República Cromagnon, los escenarios porteños son impensables para el rock argentino de masas.
El público masivo sí siguió a los grandes nombres del folclore, que reafirmaron su poder de convocatoria y, acaso con una ayudita de una celebración del Bicentenario que exacerbó el sentimiento nacional y popular en la gente, Soledad Pastorutti, el Chaqueño Palavecino y Los Nocheros reunieron fans como nunca antes.
En cuanto a los artistas internacionales, la lista es extensísima y demuestra que la Argentina es una plaza flexible a todo tipo de estilos. Peter Frampton, Scorpions, Aterciopelados, Bon Jovi, Pixies, Regina Spektor, Rage Against The Machine, Rush, David Bisbal, Chayanne, Green Day, Rob Halford, The Jonas Brothers, The Black Eyed Peas, Cristian Castro, Marky Ramone, Smashing Pumpkins, Mika, Scissor Sisters, Luis Miguel, Ramstein y Rosana son solamente algunos de los artistas que pasaron en 2010 por estas pampas.
La crisis económica no parece ser tal si se tiene en cuenta el valor de algunas de las entradas. Por ejemplo, el Hot Festival (con Mika y Scissor Sisters como números principales), contó con tickets de entre 160 y los 700 pesos. Y para ver a Luis Miguel en Costa Salguero, en ubicación VIP por supuesto, hubo quien pagó tres mil pesos. En el caso de Paul McCartney, el valor de un ticket para asistir a la zona VIP e incluso a la prueba de sonido previa al show alcanzó la extraordinaria suma de 6400 pesos. (Reporter)