Boca, sin brillar, contó con más y mejores situaciones no pudo capitalizar ninguna, sintió la mala noche de sus dos delanteros, Lucas Viatri y Martín Palermo, y finalmente terminó pagando por sus flaquezas defensivas, en particular, las de su arquero Cristian Lucchetti.
El primer tiempo resultó muy mal jugado, particularmente en los veinte minutos iniciales, ya que ambos equipos se enredaron en la confusión, la pelota circuló imperfectamente por la mitad de la cancha y no hubo profundidad ni coordinación.
Recién a los 21 minutos, Viatri ensayó un remate desde fuera del área que contuvo Nicolás Navarro; y cuatro más tarde tuvo Boca su mejor oportunidad, al cabecear Palermo un tiro de esquina de Matías Giménez, exigiendo una muy buena respuesta del arquero visitante para despejar al corner.
Sin llegar a crecer lo suficiente, el equipo local empezó a tener algunas aproximaciones y a encontrar espacios. Así fue que a los 27, un zurdazo de Clemente Rodríguez, después de una buena maniobra individual, resultó apenas alto.
Juan Román Riquelme, que por momentos daba síntomas de estar fatigado, empezó a tener más contacto con la pelota sobre el final de la etapa, y a los 37 manejó muy bien un contraataque en el cuál cedió para Palermo, cuyo derechazo resultó desviado.
De Argentinos solamente se puede mencionar como ataque de cierto riesgo un derechazo de Néstor Ortigoza a los 42 minutos apenas por encima del travesaño.
En el comienzo del segundo período Boca forzó el ritmo, aceleró y estuvo cerca del gol. A los dos minutos, Riquelme puso un gran pase para la llegada de Giménez por la izquierda y el remate del zurdo fue desviado; mientras que sobre los 6, el enlace ejecutó un corner muy cerrado y la pelota dio en el ángulo del arco.
Eran los mejores momentos del equipo de Claudio Borghi, que sobre el cuarto de hora volvió a llegar con un remate de Giménez, desviado por Navarro; y un minuto más tarde, tras otra buena participación de Riquelme, fue Viatri el que disparó alto.
Después, el equipo local comenzó a desordenarse y Argentinos fue saliendo de su pasividad, con una buena producción de Ortigoza, jugando como el volante más suelto y con la fuerza de Sergio Escudero para mostrarse por afuera.
De todas maneras, el arco rival le quedaba muy lejos al equipo de La Paternal y antes de los goles, sólo se había acercado con un cabezazo de Escudero sobre la media hora apenas desviado.
A los 36, volvió a responder bien Navarro frente a un remate de Riquelme y dos minutos más tarde Palermo pifió desde muy buena posición.
Parecía que el partido iba a irse sin goles, pero a los 41, después de un corner y un rebote, la pelota quedó a la deriva en el área de Boca, Santiago Gentiletti la conectó con media vuelta de zurda, bajo, y Lucchetti muy tapado la tocó, pero no pudo evitar que se le escurriera dentro del arco.
Dos minutos después, contraatacó Argentinos, remató Andrés Romero, Lucchetti dio un rebote largo y frontal, apareció Ciro Rius y selló el resultado que poco tiene que ver con el desarrollo, pero que fue enteramente legítimo.
