Durante la madrugada, militantes y adherentes con flores y pancartas comenzaron a formar la hilera frente a la puerta de Balcarce 50 que se extendió por varias cuadras para ingresar a partir de las 10 en la Galería de los Patriotas Latinoamericanos.
Allí estaba la presidenta rodeada por sus dos hijos Máximo y Florencia, su madre y su hermana, su cuñada Alicia Kirchner, ministros, legisladores, funcionarios y una serie de referentes de todos los ámbitos que fueron brindando sus condolencias a la familia Kirchner.
Refugiada detrás de grandes anteojos oscuros y vestida de negro la Presidenta estuvo durante horas junto al féretro con los restos de su marido y antecesor en el cargo.
El velatorio se realizó a cajón cerrado por decisión de la familia Kirchner, y sobre su tapa se ubicó una bandera argentina, la banda presidencial, el bastón de mando y dos pañuelos de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo.
Entera, aunque por momentos no podía contener los sollozos, la jefa del Estado recibió allí los saludos de los mandatarios extranjeros que llegaron al país para presentar sus respetos pero sobre todo de la enorme cantidad de gente que desde temprano hizo colas de unos dos kilómetros.
"Fuerza Cristina" fue el mensaje que más repitieron quienes pasaron por el vallado que comenzaba sobre la calle Balcarce, se extendió por la Avenida de Mayo hasta 9 de Julio, luego bajaba por Rivadavia hasta San Martín y finalizaba sobre Corrientes.
En tanto, uno de los cánticos que retumbó en reiteradas ocasiones en la Casa Rosada fue el de "andate Cobos, sos un traidor", en alusión al vicepresidente.
Las organizaciones sociales y sindicalistas de gremios de la CGT fueron quienes más tiempo permanecieron en la Plaza para dar respaldo al Gobierno nacional en este difícil trance.
A las 11.20, flanqueada por sus hijos la mandataria se hizo presente en la capilla ardiente y permaneció de pie en ese lugar hasta poco antes de las 14 cuando se retiró para descansar alrededor de una hora en un salón cercano preparado a tal efecto.
La mayoría de los mandatarios latinoamericanos viajaron para la ocasión y por la Casa Rosada desfilaron Hugo Chávez (Venezuela), Juan Manuel Santos (Colombia), Sebastián Piñera (Chile), José Mujica (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Fernando Lugo (Paraguay) y Lula Da Silva (Brasil).
En todos los casos, hubo palabras de elogio hacia el ex presidente, que también cumplía un rol al frente de la UNASUR, que tuvo entre sus máximos logros el acercamiento entre Venezuela y Colombia, y el reciente respaldo a Correa ante el intento de golpe de Estado.
La oposición, por su parte, intentó dejar de lado las diferencias políticas y sus máximas figuras asistieron a dar el pésame a la Presidenta, aunque fueron notorias las ausencias del vicepresidente Julio Cobos y el ex mandatario Eduardo Duhalde, a quienes el Gobierno les solicitó que no concurran, y la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.
Tras la misa que encabezó ayer en la Catedral Metropolitana, el cardenal Jorge Bergoglio, a través de la Comisión Episcopal Argentina que conduce pidió hoy a la Virgen de Luján que conceda "consuelo" y "fortaleza" a la Presidenta.
A la Casa Rosada se acercaron el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, obispo Jorge Casaretto y el obispo de Morón, Justo Laguna, que rezaron frente al féretro del diputado del Frente para la Victoria.
Asimismo, llegaron condolencias del exterior como la del papa Benedicto XVI que elevó sus "fervientes plegarias" por el descanso del ex presidente y de los gobiernos de Alemania, Francia, Japón y China, entre otras naciones.
