Este nuevo procedimiento “cero invasivo”, posibilita entre otras cosas, disminuir adiposidades localizadas de manera que puede medirse con el centímetro después de cada sesión . Funciona a través de mecanismos totalmente naturales, sin secuelas, sin destrucción ni pérdida de tejidos y –por este motivo- sin efectos adversos de acuerdo a reportes de dos años de experiencia clínica en países como Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Francia o España.
La buena noticia se denomina I-lipo y ya se usa en la Argentina. Se basa en un dispositivo de tecnología láser de diodo de baja potencia de 650 nanómetros. Este equipo emite un haz de luz roja visible de baja potencia que actúa selectivamente, a un centímetro y medio por debajo de la superficie de la piel, donde se encuentran las células del organismo encargadas de almacenar grasas, llamadas adipocitos.
El láser se aplica en sesiones de no más de 20 minutos en total –incluyendo la preparación y el ajuste– a través de cuatro pads que se sujetan al cuerpo en la zona que se desea tratar –el abdomen, los muslos o los brazos– mientras la persona está cómodamente acostada sin sentir la menor molestia. Este tratamiento localizado incluye 8 sesiones en total (dos veces por semana durante un mes) y permite tratar posteriormente otra zona después de 15 días de descanso.
Apenas una sesión de gimnasia después de cada aplicación –y desde luego adquirir este hábito, junto con el de una buena dieta– complementa este tratamiento, para el que el término “período de recuperación” ha pasado a ser sencillamente cosa del pasado.