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Janet Jackson y un ostentoso desfile por lo mejor de su luminosa carrera

Janet Jackson
Llegó a disputarle muy seriamente el cetro pop nada menos que a Madonna y a Whitney Houston, y ahora regresó a las cúspides a través de un disco nuevo, el electrizante "Discipline", y una gloriosa recopilación de lo mejor de su carrera que merece un lugar en el cuadro de honor de las antologías del rock.
Haber nacido bajo el apellido Jackson como la menor de los nueve hermanos, todos músicos, pero uno de ellos, Michael, el indiscutido Rey del Pop, hace de Janet Damila Jo -Janet a secas en favor de preferencias comerciales- un personaje complejo por naturaleza y, según del lado que se observe, para su beneficio, cuando no su megafama, o su desventaja, cuando no su "maldición".

Se trata de la más rebelde de una familia como mínimo complicada, que ni bien cumplió los 18 años y se convirtió en mayor de edad no vaciló un instante en abandonar su hogar casi a las corridas: una virtual huida muy vinculada a los destratos de sus progenitores, en especial de su padre, ese hombre de rasgo tirano y despótico que tanto daño le provocaría al Dios Michael, malogrado en circunstancias lastimiosamente aberrantes.

Preciosa de cabeza a pies, tan parecida a Michael que podrían haber pasado por mellizos, y un poco de eso también en cuanto a talentos musicales, Janet no la tuvo nada fácil al principio de su emancipación. Apresuró su primera nupcia, el segundo matrimonio fue otro rotundo fracaso y ahora anda con la guardia bien alta junto a su novio productor Jermaine Dupri, al parecer feliz, pero totalmente renuente a retornar a los altares.

Sus principales expectativas pasan por seguir conectada a su aún riquísimo mundo artístico, borrar de una vez ese episodio del pecho derecho al desnudo ante 120 mil personas y otros 100 millones de telespectadores en el descanso de la edición 2004 del Super Bowl que tanto y todavía la mortifica, y una ya obstinada idea de ser madre, ya no por vía regular debido a su edad (45) sino buscando lo mejor en plaza en métodos de fertilización.

Luego de su última creación, "Discipline", el sello Universal editó poco atrás un disco doble llamado simplemente lo que es, "Janet, the best", en presentación de lujo, aunque todavía no hay noticias certeras de una recopilación aceptada y elogiada de forma unánime. Naturalmente, siempre serán sucesos signados por controversias insalvables y lógicas.

A este grandes éxitos no parece faltarle, por un lado, ninguno de ellos, y por el otro, nada que hubiese que lamentar, al menos con enojo manifiesto, de lo más destacado de su vasta producción.

Se trata de una verdadera pieza de colección que contiene la friolera de 35 temas que se consumen en exactas dos horas y media disfrutables de principio a fin, aunque es obvia la existencia de momentos cumbres -afortunadamente un montón- y otros de talento acotado. Lo sobresaliente es que nada hace ruido que amerite pasar a la siguiente canción con dejo de desencanto.

Del primer CD, las perlas pasan por "Nasty", "Let's wait a while", "Diamonds", junto a Herb Alpert, los grandes coros de "Rhythm nation", el recordado y muy actual lento "Come back tu me", ese impresionalte rock !pesado! con tremendos solos de guitarra, bien a lo Ozzy Osbourne que es "Black cat", el oscuro y sensual "That's the way love goes" y el track 17 de cierre, "When i think of you", bien bailable, todo un bicho ineludible de discoteca, que por cierto lo fue.

El quinto tema del segundo CD cala de emoción hasta los huesos, porque es un único y precioso dueto con su hermano Michael, "Scream", en el que ambos rockean, popean, rapean y susurran, en un genial juego (y por qué no duelo) de divos. Le preceden dos baladas deliciosas, "Because of love" y Any time, any place".

La colaboración de Joni Mitchell-Q-Tip hace magistral "Got til it's gone" y enseguida sobreviene una canción divina que parece salida de lo mejor de la banda de sonido de la mítica película Fiebre del sábado por la noche.

El dueto con Busta Rhymes convierte "What's it gonna be?!" en un soul exquisito, mientras que sobre el final nos arrastra como una ola gigante el híperdance "Feedback", primer corte de Discipline que estragó todas las listas del mundo musical.

Para que no todo quedara en la nostalgia, esta necesaria y aclamada movida de la multiplatino, quien es también compositora, bailarina y actriz, cuenta con el apreciado plus de un tema absolutamente nuevo e inédito, "Make me", que clausura el segundo disco.

Por Adrián Villegas (DyN)

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