Participaron de la actividad la Dra. Inés Pertino, Subsecretaria de Política Sanitaria del Municipio, la Dra. Alejandra Fontao, Directora del Hospital Zonal de Agudos Magdalena V. de Martínez, el Director de Hospitales de la Provincia, Sergio Alejandre y la Lic. Susana Ambrosoni, Directora de la Escuela Henry Ford.
Los jóvenes Diego Andrés Mendieta y Pablo Ruiz Mariani, llevaron adelante el proyecto que consiste en la construcción de dos lámparas para luminoterapia neonatal que serán utilizadas para los recién nacidos en el Hospital. Los alumnos contaron con el apoyo de los profesores Horacio Ojeda y Gerardo Richini.
La Dra. Pertino sostuvo “es un aporte importante de gente joven con talento” y añadió “desde el Municipio atendemos la salud de forma integral, para lograr cada día un Tigre más justo para todos”.
La Dra. Fontao señaló “este es un abrazo de la comunidad de General Pacheco a nuestro Hospital y una muestra de que nuestros jóvenes tienen condiciones para ayudarnos a mejorar la sociedad”. Fontao agregó “la colaboración del Rotary Club, los profesores y alumnos de la Escuela Henry Ford, muestran que el esfuerzo conjunto es fundamental para continuar creciendo”.
En tanto que la Lic. Ambrosoni remarcó “esta es una muestra de todo lo que pueden realizar nuestros jóvenes si los sabemos acompañar en sus inquietudes”.
Acompañaron a las autoridades del Hospital, el Secretario de Inversión Pública, Urbanismo y Gestión Ambiental Antonio Grandoni; el concejal Juan Baldo; el Delegado municipal de General Pacheco, Adrián Gastaldi; funcionarios, concejales, consejeros escolares, representantes del Rotary Club General Pacheco, personal de Neonatología del Hospital Magdalena V. de Martinez y vecinos del distrito.
La luminoterapia: una herramienta para tratar la ictericia del recién nacido
La ictericia puede definirse como la pigmentación amarilla de la piel, mucosas (conjuntiva del ojo y la boca) y fluidos corporales por aumento de la bilirrubina. La bilirrubina es un pigmento sensible a la luz que se origina a partir de la degradación de la hemoglobina de los glóbulos rojos de la sangre. En la vida intrauterina la bilirrubina es degradada y eliminada por la madre. Pero cuando el niño nace la bilirrubina aumenta su concentración en la sangre, se acumula en los distintos tejidos, entre ellos la piel, produciendo las manifestaciones clínicas.
En la mayoría de los recién nacidos la ictericia resulta un evento normal, que no produce mayor riesgo y es llamada "ictericia fisiológica". Después de las primeras 24 horas de vida, alrededor del 50% de los recién nacidos a término y un porcentaje aún mayor de los prematuros desarrollan un aumento de la bilirrubina suficiente para causar ictericia.
La bilirrubina muy alta resulta tóxica para el neonato (el sistema nervioso central es el más dañado). La luminoterapia es el método más utilizado para evitar el daño. Se basa en la capacidad que posee la luz para actuar sobre la bilirrubina a nivel de la piel que se transforma en otros productos menos tóxicos. Consiste en la exposición del neonato desnudo bajo unos equipos especiales que transforman la bilirrubina en isomeros ópticos que se eliminan fácilmente.
