En bastidores tras el desfile realizado en el elegante Place Vendome, a pasos del Ministerio de Justicia de Francia, una pelirroja Westwood compartió unos pequeños detalles para pasar el mal rato económico mientras los desfiles femeninos de París comenzaban a tomar color.
"Compren menos, escojan bien, mézclenlo todo. Usen sus camisetas al revés, así tienen dos formas de llevarlas", dijo la diseñadora británica a la prensa.
Aparte de los extravagantes túles, Westwood incluyó un rango de vestidos y chaquetas que fácilmente podrían ser usados en la oficina, continuando con la tendencia de mostrar piezas utilizables a precios asequibles como se vio en Nueva York y Milán.
"Sigo vendiendo muchas cosas, no parece afectarme", explicó Westwood sobre el revés que han sufrido las grandes cadenas minoristas al pasar de grandes sellos a marcas comunes.
Westwood quiso "secuestrar" su desfile de modas para conversar sobre el cambio climático, describiéndolo como una mayor amenaza que el derrumbe financiero.
"Nos encontramos en un estado terrible. Necesitamos salvar a la raza humana", dijo con un suspiro.
Con sus raíces en el punk rock, Westwood es reconocida por insertar mensajes políticos en sus espectáculos.
Pero incluso la casa Christian Dior, desconocida en cuanto a sus intereses sociales, también sufrió el impacto de la crisis.
Mientras Dior desafió la recesión hace unas semanas con un espectáculo de alta costura repleto de vestidos de gala a lo María Antonieta, su colección otoño/invierno intentó tener un balance entre la creatividad y las prendas más sobrias.
El diseñador español John Galliano ofreció un vistazo de Oriente Medio para inspirarse, con gorros de piel a lo Genghis Khan y abrigos con puños de piel, vestidos color amarillo canario y rojo guinda, con detalles en plata y muchas joyas.
Pero como muchos de sus colegas, el hispano agregó prendas mucho más prácticas. Chaquetas con mangas de globos y polleras similares en un color más acorde al ambiente: gris.(Reuters)