En un ámbito pintado de rojo, que representa el infierno, dirige "Madame Moriá", propietaria del local gastronómico que tiene su correlato en el dispositivo escénico a ambos lados del tablado para que, por ejemplo en la función de anoche cenen 11 personas que abonaron 120 pesos por esa ubicación preferencial.
Nazarena Vélez, coprotagonista de la pieza, incursiona en la trama como una gorda que quiere ser la cajera del local y efectúa skteches cómicos, con algunos pasos de baile y canto.
En otro instante comparte un episodio con Casán y, para aprovechar el impacto televisivo, no deja de hacer el baile del caño.
Su participación concluye con un número de "acquadance" en la pileta vidriada que está en penumbras en el fondo del escenario, a la que se zambulle con uno de los jóvenes del sector vip, quien queda en calzoncillos, mientras Nazarena se desnuda totalmente.
Moria, quien definió a su obra como a un "gran show sensorial", tras entrar en escena y presentar a su elenco, se convierte en única artista, sumando al público al espectáculo, bajando a la platea, entremezclándose con la gente y asombrándose por la cantidad de años de casados que llevan las parejas presentes en la sala.
La artista se encontró con matrimonios de Santa Fe, Jujuy y Santa Cruz a los que indaga acerca de la actividad sexual que practican apelando a ocurrentes salidas que el público festeja y que las "víctimas" soportan mejor tras enterarse que se llevan de regalo alfajores de una fábrica de Villa Carlos Paz.
El reparto se completa con Juan Acosta, como el maitre del local que se gana aplausos por sus monólogos; la travesti Charlie "G" que exhibe gracia y movilidad, el mozo y libretista Atilio Veronelli y el cocinero Mauricio Jortack que se destaca por sus imitaciones de cantantes.
Belén Francese regala algunas de sus populares rimas y un osado strip tease para el que invita Marcela Feudale, la camarera del local, quien realiza torpes movimientos que le inyectan gracia al cuadro.
Dos stripers, una dama y un varón, realizan destrezas en el caño y realizan otros bailes íntimos con gente del público, que son sorprendidos en la elección, pero que colaboran de la mejor manera.
Al final, Moria se da el gusto de cantar y bailar un tango con Charlie "G", agregándole dinámica a un espectáculo que es parte de los pasatiempos vacacionales.(Télam)
