Finalmente Verdasco conquistó hoy el tercer y decisivo punto por 6-4, 6-7 (3-7), 4-6, 6-3 y 6-1 en casi cuatro horas de juego, sobre Acasuso, a priori impensado jugador de singles que debió salir al ruedo con la mochila pesada de salvar a la Argentina para estirar la definición con Nalbandian-Feliciano López, ante la lesión de Juan Martín Del Potro, también golpeado por la caida en su primer partido y lejos del nivel que mostró este año.
Verdasco complementó inesperadamente a Feliciano en la dupla de salvadores de España, un título que comenzaron a vislumbrar el sábado con el clave partido de dobles.
Acasuso, 48 en el ranking mundial y poco adepto a las canchas rápidas, hizo lo que pudo, con más ímpetu y corazón que buen tenis. El público lamentó aunque perdonó cada grosero error que cometió el misionero, sobre todo en una secuencia de smash, que incomprensiblemente dejó en la red ante condiciones más que favorables.
Verdasco, un zurdo al que también le cuesta irse a la red pero que de fondo tiene un drive abierto que asusta, se llevó el primer set por 6-4 tras quebrar en el sexto juego, con un Acasuso cometiendo muchos errores no forzados.
En el segundo, Chucho Acasuso metió corazón y fuerza, y mostrando mayor confianza, mientras el público alentaba ruidosamente en el Islas Malvinas.
Quebró rápido el misionero en el segundo game y el tercero lució el mejor tenis que se le vio.
El español volvió que quedarse con el servicio del argentino en el séptimo, sucediéndose luego un quiebre por cada lado, llegando al tie break, que también fue oscilante. Con Acasuso ganando los primeros puntos, Verdasco igualó en 3 pero el misionero metió cuatro puntos consecutivos y tras una hora y cuatro minutos emparejó el partido.
Una sucesión de quiebres fueron los primeros capítulos del tercer set, en el que Acasuso se llevó dos, pero Verdasco se quedó con el saque del misionero en el sexto pero Chucho se puso 5-4 en el game siguiente con el servicio del madrileño, para luego quedarse con el set por 6-4 gracias a un ace y un par de devoluciones perfectas.
El estadio hervía y con ese calor cubrió a Acasuso instándolo a igualar el pleito, pero desde el sexto game del cuarto, Verdasco enhebró su victoria, primero cerrando el parcial 6-3 y comenzando con un 3-0, con dos quiebres incluido, en el set decisivo.
Acasuso pareció desmoronarse y con el quiebre en el séptimo, Verdasco pegó el grito, dejándose caer en la carpeta azul.
La montonera colorada de los jugadores y equipo español se acurrucó en una cabecera de la cancha, mientras Acasuso explotaba en llanto y sus compañeros corrían a acompañarlo.
Lo mismo le pasó dos atrás, cuando no pudo con Marat Safin en el punto decisivo ante Rusia, en Moscú.
Pero esta vez, había un dolor grande. Hubo estrategias para neutralizar el poderío de Nadal en polvo de ladrillo. Hubo roces entre gobiernos por la sede que amagó con irse a Córdoba y terminó en Mar del Plata.
Argentina jugó toda la Copa 2008 de local y era una oportunidad única, que será difícil que se repita. Todo estaba preparado para el festejo de unos pero fue de otros.
