La titular de la entidad dijo que el teléfono de Missing Children, 4797-9006, ya está habilitado para cualquier persona que pueda aportar datos sobre el paradero de Agustín, de 11 años, y Milagros, de 8.
En tanto, fuentes policiales indicaron a Télam que si bien el objetivo es encontrar a los chicos con vida, todas las delegaciones de la Policía Científica bonaerense tienen en su poder las fichas dactilares y las fotografías de los niños, ante el eventual hallazgo de un cadáver de un menor.
El fiscal de Zárate-Campana a cargo de la causa, Marcelo Pernici, reconoció hoy que no tienen pistas sobre el paradero de los hijos de Marcelo Mansilla (41) y Sandra Rabago (37).
"Está la policía buscando a los hijos, no hay hasta el momento ningún dato acerca de cuál pudo haber sido su destino", dijo Pernici en declaraciones a la prensa.
El fiscal reconoció que el caso es "macabro" y comentó que la última vez que la familia fue vista fue el miércoles por la noche cuando cenaron en su casa del Barrio Frino en José C. Paz.
"El jueves a la mañana Mansilla ya no fue a trabajar, por lo que creemos que es el día de la desaparición", señaló el fiscal quien comentó que el padre de familia era encargado de una estación de servicio Petrobras de Tortuguitas desde hace varios años.
Pernici afirmó que las víctimas "no tienen antecedentes, la familia mucho no pudo aportar, así que arrancamos de cero" y admitió que por el momento "se manejan todas las hipótesis, desde el simple robo a cuestiones personales o de dinero que pudieran haber".
El hecho se descubrió el martes pasado por la mañana cuando un empleado de limpieza de autopista encontró los cadáveres de Mansilla y su esposa Rabago en un sector de pastizales secos ubicado al costado del Ramal Campana de la Panamericana, a la altura del kilómetro 60, en la localidad de Alto Los Cardales.
Los forenses determinaron en las autopsias que ambos fueron asesinados a hachazos en la cabeza en el mismo lugar del hallazgo y que llevaban muertos entre 72 y 96 horas.
Un hermano de Rabago que vive frente a la casa de la pareja, declaró que el jueves a las 6 de la mañana escuchó salir a gran velocidad el auto de su cuñado, algo que no era habitual y le llamó la atención, pero pensó que era porque llegaba tarde al trabajo.
Desde ese momento no se supo más nada del grupo familiar y se radicó la denuncia por paradero.
La brutalidad empleada por el o los asesinos en los crímenes y la quema del auto para borrar evidencias, hacen presumir a los investigadores policiales que los crímenes están vinculas a algún tipo de venganza.
