"La independencia implica la necesidad de mostrarse como una entidad nueva, es el rechazo a una soberanía superior", destacó a Télam Orestes Carlos Cansanello, investigador del Instituto Ravignani y docente de la Universidad de Buenos Aires y de Luján.
En este sentido, precisó que "el proceso independentista es, más que nada y frente a un imperio español desmoronado, una independencia política y organizadora del poder político".
La situación requería en aquel 1816, siendo el ámbito de definiciones un Congreso General Constituyente de Tucumán, el dictado de una Constitución "y en eso fracasó", precisó Cansanello.
Con la revolución independentista, Buenos Aires busca ser metrópoli del nuevo poder, pero la independencia significa la soberanía de las provincias, llamadas 'pueblos' en ese momento.
"Y los pueblos se plantean la manera de no delegar la soberanía de manera absoluta como pretende Buenos Aires, esto es lo que lleva a la imposibilidad de sancionar una Constitución", dijo el historiador.
En ese marco, en donde la independencia era un hecho en el Río de la Plata, frente a una Latinoamérica que había vuelto a estar bajo el dominio colonial después de la oleada independentista de 1810 a 1815, su declaración concreta simbolizaba terminar definitivamente la condición de colonia, pero tardaba en llegar.
Para la historiadora Noemí Goldman, investigadora y docente de la UBA lo fundamental del Congreso de Tucumán fue la declaración de la Independencia y "la afirmación de la voluntad de 'investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli'", resalta en "Nueva Historia Argentina".
La especialista rescata esta definición de la declaración de Independencia, mientras los debates sobre los distintos proyectos de gobierno quedaban inconclusos ante la clara definición de los pueblos, que "se oponen a cualquier solución monárquica", destaca Goldman.
Ante la tardía declaración de la Independencia, será San Martín, frente a la urgencia de liberar al resto de América Latina del imperio español, que fue el eje central de su proyecto, quien la reclamará para respaldar y legitimar su campaña a Chile y Perú.
Pocos meses antes del Congreso de Tucumán, San Martín le escribe al diputado por Mendoza, Tomás Godoy Cruz: "Hasta cuando esperamos declarar la independencia!".
"No le parece a Ud. -continúa- una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional, y por último hacer la guerra al Soberano de quien en el día se cree dependemos?...¿Qué nos falta más que decidirse?".
Mientras tanto, el Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón, quien acababa de asumir el gobierno, se comprometía en dar ayuda a la formación de un ejército para la campaña del libertador.
En ese marco, San Martín se había negado al pedido de Buenos Aires de ir a luchar al litoral contra José Artigas, a quien los porteños enfrentaban porque se oponía radicalmente al centralismo.
Un conflicto que llevó a San Martín a expresar su firme convicción de que la lucha era "contra los españoles" y "no entre hermanos".
En el encuentro de San Martín con Pueyrredón en que éste se compromete a respaldarlo en su campaña, el libertador le solicita que se retiren las tropas porteñas del litoral y se dieran auxilios a Artigas contra Portugal, ante la guerra que se sabía inminente. No obstante Buenos Aires irá contra el oriental.
La independencia ya había sido solicitada por Artigas, quien desde un inicio, como parte del mismo territorio, se puso al servicio de la lucha contra España iniciada en Buenos Aires.
Fue en la Asamblea Constituyente del Año XIII, donde los representantes de la Banda Oriental tienen la instrucción de "pedir la declaración de la Independencia absoluta de estas colonias".
No obstante la Asamblea, convocada por el Segundo Triunvirato, presidida por Carlos María de Alvear y con la presencia de los diputados de las provincias, sólo aprueba reformas políticas y sociales.
Rechaza las instrucciones de Artigas, no declara la independencia y tampoco dicta una Constitución.
Pasarán tres años más, de fuertes enfrentamientos internos, para declarar la Independencia en el Río de la Plata y 40 para dictar una Constitución definitiva.
