En las últimas dos décadas este deporte arrojó un saldo de 19 jugadores cuadripléjicos. Y casi simultáneamente con el caso de Migliore otro jugador, Rodrigo Cortés, de Curupaytí, sufrió una severa lesión por la que actualmente está internado.
Para respaldar y sostener a los jugadores que sufren distintos tipos de lesiones, especialmente aquellos que las padecen en cuarta y quinta vértebras cervicales, porque "son irreversibles", desde 1992 funciona la "Fundación Ayuda", creada por el ex rugbier Ignacio Rizzi.
Rizzi, precisamente, pasó por esa experiencia cuando jugaba en Francia y apenas tenía 19 años. La entidad nuclea a un grupo de ex jugadores actualmente cuadripléjicos y está solventada por la Unión Argentina de Rugby (UAR) y el Instituto Fleni.
Para Nicanor González del Solar, ex jugador de Los Pumas en los 60 y periodista especializado desde hace 35 años, "lo del chico Migliore fue obra de la fatalidad, porque en general las lesiones severas tienen que ver con circunstancias impensadas o imprevistas".
En Córdoba, hace tres años, una jueza emitió un fallo condenatorio para un club de rugby y la propia liga provincial, a partir de la lesión de Guillermo Bustamante Sierra, ocurrida en 1994.
La magistrada Graciela Moreno de Ugarte dictó una sentencia contra la Unión de Rugby cordobesa y por extensión a la UAR, por el caso Bustamante Sierra, jugador de rugby que quedó cuadripléjico tras "un derrumbe en un scrum".
El preparador físico de Los Pumas, Ignacio Fernández Madero, de 47 años, también adujo "a un imponderable el caso del pibe Migliore", aunque sostuvo que "las lesiones cervicales son el gran riesgo que ofrece un rugby argentino muy evolucionado, muy competitivo, que está situado entre los mejores del mundo".
El abogado Jorge Cabarcos, de Mar del Plata, dirigente de la Unión de Rugby de esa ciudad y directivo del Club Pueyrredón local, opinó también a partir de un caso conocido hace cuatro años en su zona de influencia.
"El joven Pablo Fernández, de Sporting, quedó cuadripléjico después de una formación de juego", le dijo a Télam.
Todos los consultados quisieron puntualizar especialmente "la filosofía de este deporte" que "miles de jugadores viven con el interés de la amistad, para divertirse y practicarlo por el simple placer de hacerlo".
Cabarcos, de 65 años, jugó en los 60 y recordó también el caso de Horacio Adaro, "que jugaba para San Fernando y en un amistoso contra el seleccionado de Mar del Plata, en junio de 1968, sufrió la fractura de las vértebras (cuarta y quinta) cervicales".
"El muchacho tenía 21 años y estudiaba medicina. Lo primero que pidió apenas se lesionó y mientras permanecía tendido sobre el césped, fue que le pasaran una llave por la espalda", evocó el dirigente.
"La clave para él pasaba por saber si tenía sensibilidad en la zona afectada. Quedó cuadripléjico. Fue el primer caso conocido en Mar del Plata", puntualizó.
"Hoy todos están al tanto del riesgo de las lesiones y por eso la vigencia de esta Fundación, a la que se llama de la amistad", amplió Rizzi.
Para González del Solar, en tanto, "la transformación que vivió el rugby en la evolución física de los jugadores actuales, todos verdaderos atletas, también condiciona el juego. Sobre todo si se lo compara con nuestra época".
"Las lesiones afectan en su mayoría a jugadores de entre 17 y 21 años, porque sus físicos todavía no están tan formados", aportó por su parte Fernández Madero.
Argentina tiene en la actualidad más de 500 jugadores en el exterior y 17 afectados por severas lesiones cervicales.
Además de Rizzi, ex jugador de Villenueve Sur-Lot, de Francia, están Fernando Pantín Colombo (ex La Plata), Francisco Maggio (SIC), Martín Piñeiro (Curupaytí), Martín Arregui, Rodrigo Erdozaín, Matías Cardozo, Aníbal Villegas y Juan Foa.
El propio Fernández Madero resumió el sentir del resto de los consultados al decir que "lo que debe verse en todo esto es que la filosofía de este deporte hace que también miles lo practiquen sin ningún beneficio económico y solamente para disfrutar de un buen momento. Y eso tiene un valor altísimo si se tienen en cuenta otros graves males de nuestra sociedad".
(Télam, por José Luis Ponsico).
