El primer show será el 5 de noviembre en el DF mexicano México y la salida a la venta de este recital fue tan exitosa que se vendieron más de 50.000 entradas en la primera semana.
De los miembros originales este martes actuaron sólo seis: Vicentico en voz, Flavio Ciancianrulo en bajo y coros, Sergio Rotman en saxo y coros, Fernando Ricciardi en batería, Daniel Lozano en trompeta y Mario Siperman en teclados.
Afuera quedaron el trombonista Fernando Albareda, el primer percusionista Luciano Jr., y el segundo guitarrista que tuvo la banda, Ariel Minimal.
El primer guitarrista del grupo Aníbal Vainilla Rigozzi ocupara el lugar de manager, función que cumplió en la última etapa del grupo, mientras que las percusiones tiene un reemplazo ya que Gerardo Toto Rotblat falleció días antes del anuncio del regreso.
El guitarrista en esta gira de regreso será Matías Brunell y la percusión estará a cargo del Mariano Pelado Rosatti, ambos integrantes de la Mandinga Project, el grupo de Flavio.
Una notable incorporación es la del líder del combo instrumental Dancing Mood, Hugo Lobo, en las trompetas.
Con un Vicentico que parece haber recuperado la sonrisa que había perdido en su etapa solista, un Flavio más flaco y un Rotman eufórico, los Cadillacs tocaron siete temas, entre ellos uno nuevo.
Vestido de traje, corbata, chaleco, piloto y bastón, Vicentico subió al escenario riéndose, mientras Rotman con similar vestimenta, comenzó a arengar a las 10 mil personas desde un principio.
Luego de una zapada para probar sonido, "El León" fue el elegido para abrir, y de entada la ovación el ganó el match al frío palermitano. Cantada a dos voces entre Vicentico y Rotman llego "Mi novia se cayó en un pozo ciego", hit de ese discazo que es "Yo te avise" (1987), llegó en formato ska-punk, con un solo de Lobo en el medio.
Cuando el pogo ya era una necesidad para combatir el frío, los Cadillacs arremetieron con "Demasiada Presión", esa incursión en la salsa que muchos grupos versiones en América Latina, incluida en el disco "Volúmen 5" (1990).
A esa altura, Vicentico se había quitado el saco, el piloto, desanudado la corbata y sacado la panza a bailar, mientras el atlético Flavio saltaba con su somberito negro.
La tercer canción fue "Siguiendo la Luna", esa balada-reggae compuesta por Rotman e incluida en el disco "El León" (1992), una manual abierto del rock alter-altino.
En esta canción, Rotman se colgó una guitarra para acompañar a Brunell, que le permitió recuperar al grupo cierto aire punk que tuvo en sus comienzos y alejarse de la experimentación jazzera de los tiempos de "Los Fabulosos Calavera" (1997) y "La Marcha del golazo solitario" (1999).
"Amigo, esto es verdad", dijo Vicentico, tras saludar a todos un "hola guachos" y hacer algunas carotas y poses para divertirse.
El himno combativo "Mal Bicho" del disco "Rey Azúcar" (1995), compuesto por Flavio, hizo que la gente le dijera "no" a "las guerras, a la violencia, a las injusticias y a tu codicia".
Tras un excitado pogo, Vicentico dijo que "la gira, todas las canciones y todos los corazones" estarán dedicados a Rotblat, que iba ser de la partida, pero falleció hace poco más de un mes.
"Tenemos una alegría inmensa y no lo podemos creer", dijo Vicentico antes de presentar "La Luz del ritmo", una canción nueva, entre ska y salsa.
La banda hizo una falsa despedida y volvió para tocar "El Satánico Doctor Cadillac", del disco homónimo de 1989, que tenía el estribillo que rezaba "Que es lo que ha pasado con tu corazón/ ya no marca el paso que marcaba ayer/nunca fuiste libre y esa es la razón".
Así fue el primer concierto de regreso que mostró a unos Fabulosos con buen semblante, sonando muy bien y con ganas de divertirse, lo que constituye una buena señal.
La banda grabará un nuevo álbum en agosto con canciones nuevas y versiones actuales de temas clásicos del repertorio propio, que se venderá en octubre.
