Es más, el también vicepresidente primero de FIFA reniega de volver al pasado en esas dos cuestiones porque argumenta que "así como se juegan actualmente los campeonatos son mucho más emotivos, porque todos los equipos están peleando siempre por algo: arriba, para clasificar a las copas internacionales o seguir en primera".
Pero en caso que el ingreso al túnel del tiempo futbolístico hubiese sido posible y el pasado se hiciera presente como en los viejos campeonatos Metropolitano y Nacional, el River que ayer festejó en el Obelisco habría finalizado en tercer lugar, a cuatro unidades de su clásico rival.
Y Lanús hubiese estado muy lejos de festejar el primer título de su historia, ya que dada la floja performance que le cupo en el torneo Clausura que finalizó en la víspera, terminó en el octavo escalón de la tabla acumulada de ambos certámenes junto con Tigre, que fue su subcampeón en el pasado Apertura, Y Newell's Old Boys, que estuvo peleando la permanencia hasta hace tres fechas.
Y el undécimo en esa clasificación fue Banfield, a la sazón tercero en el torneo anterior, detrás de los mencionados Lanús y Tigre. O sea que en este punto la razón parece estar del lado de los que reclaman la vuelta a los "campeonatos largos".
Obviamente que como esta tabla anual se toma para la clasificación a las copas internacionales, especialmente la Sudamericana, los que llegan a esas competencias son ineludiblemente los que acumulan más puntos a lo largo de la temporada. O, en realidad, eran.
Porque para clasificar a la Sudamericana se contempla el formato acostumbrado, lo que derivó en que a partir de agosto Argentina tenga siete participantes en esa competencia, cinco de los cuáles debutarán en primera ronda, en tanto que los invitados Boca Juniors y River Plate lo harán en la segunda.
Independiente recibirá a Estudiantes, Argentinos Juniors a San Lorenzo y Arsenal, último campeón, sin el técnico con el que alcanzó ese logro, Gustavo Alfaro, visitará a Monagua, de Honduras, en los partidos de ida de la segunda competencia interclubes de la región.
En cambio para la Libertadores la cuestión cambiará, ya que a la edición 2009 irán el campeón del Apertura 2007 (Lanús), el titular del Clausura 2008 (River Plate), más el que gane el próximo Apertura 2008 y el que no haya ganado ninguno de estos certámenes pero tenga el mayor puntaje acumulado (hoy sería Boca si no gana el campeonato que viene).
El que en las mismas condiciones se ubique segundo en la tabla acumulada se ganará la posibilidad de jugar el repechaje con un equipo extranjero. A esta altura es Estudiantes.
En cambio la cuestión parece darle la derecha a Grondona en cuanto a los promedios del descenso, porque la situación no hubiese variado demasiado si los que descendieran fueron los dos últimos de la tabla acumulada y el par que los precediera tuviera que jugar la Promoción.
Racing (40 puntos) terminó 17ma. en la temporada al igual que en la tabla del descenso, mientras que San Martín de San Juan fue último con 35 unidades de igual manera que en la nómina de promedios.
Gimnasia y Esgrima de Jujuy cosechó los mismos puntos que los sanjuaninos y lo aventajó solamente por diferencia de gol, por lo que debe agradecerle a este sistema no haber descendido directamente ayer. Al menos ahora tendrá una chance en la Promoción ante Unión de Santa Fe.
El que en cambio tiene que maldecir esta fórmula es Olimpo, que con 42 puntos se hubiera salvado de todo. Incluso sumó una unidad más que Rosario Central.
Y Gimnasia y Esgrima La Plata tendría que haber jugado la Promoción en lugar de su homónimo jujeño porque apenas obtuvo 36 puntos, aunque su futuro no se presenta muy halagueño para la próxima temporada, porque arrancará con el peor promedio, exceptuando obviamente a los equipos que asciendan (ya lo hicieron San Martín de Tucumán y Godoy Cruz de Mendoza).
Pero por ejemplo Colón, que con 45 puntos se ubicó por encima de Olimpo, tampoco tendría que haber sufrido hasta ayer, en una cuasi final con Racing, para conocer su futuro en la próxima temporada.
Ventajas y desventajas, en definitiva, de un sistema implementado en los albores de la década del 90 que, al menos mientras de Grondona dependa, llegó para quedarse. Aunque el calendario vaya a contramano del almanaque y de las cuatro estaciones. Pero en el mismo sentido del nuevo fútbol-espectáculo.
(Télam, por Héctor Laurada).
