Sin embargo ayer, esos mismos hinchas que le habían arrojado maíz a sus jugadores en el partido post eliminación copera, no solamente colmaron el Monumental para observar la victoria consagratoria de su equipo ante Olimpo, sino que además "coparon" la Plaza de la República y festejaron en torno al Obelisco el primer título del club en los últimos cuatro años.
De denostados a adorados, sin estaciones intermedias, los jugadores de River se atrevieron a festejar de cara a sus parciales, a los que también habían atacado por su "falta de aliento" en aquel mentado cotejo con los azulgranas. El arquero Juan Pablo Carrizo y especialmente el volante Oscar Ahumada fueron los abanderados de esos "reclamos".
Pero algo parecido ocurrió con su verdugo San Lorenzo cuando también sobrevino la eliminación en la Libertadores a manos del finalista Liga de Quito, con renuncia del técnico Ramón Díaz incluida.
Ahora, la clasificación a la Sudamericana lograda el sábado ante Banfield es como una tibia lengua que empieza a lamer las heridas provocadas por la gran frustración del año del centenario.
En Independiente, donde se tuvo que ir Pedro Troglio y Miguel Santoro volvió a oficiar de bombero por un puñado de fechas, llegó Claudio Borghi para "cambiar el clima".
Y de hecho lo consiguió, porque con él no se pierde, aunque tampoco se gana. Pero parece que eso alcanza para los aspirantes de segundas alternativas, porque hasta ahora el "rojo" se está clasificando para esa "bendita" Copa Sudamericana, a la que desde su "aparición" se aferraron devotos enfermos futbolísticos terminales.
Después vienen los que directamente tratan de "ganarse el puchero" día a día, como este Racing que supo de riquezas en tiempos ya muy lejanos, o los más humildes Colón, Olimpo y Gimnasia y Esgrima de Jujuy.
De estos cuatro nombres saldrá el que acompañará sin escalas a San Martín de San Juan a la B Nacional y los dos que asumirán la última chance de permanecer en primera afrontando la Promoción con el tercero y cuarto del máximo torneo de ascenso.
Para esas instancias se pueden registrar inclusive dos partidos de desempate, que en ambos casos tendrían como protagonista a Olimpo, de Bahía Blanca.
De acuerdo a lo que arrojen los resultados de la última fecha del Clausura, Olimpo podrá pelear por un lugar en la Promoción mano a mano con Gimnasia de Jujuy si es que ambos empatan sus respectivos encuentros frente a Estudiantes y San Lorenzo.
O bien los bahienses tendrán hasta la posibilidad de salvarse de todo si le ganan a los platenses y Colón empata en Santa Fe con Racing, al que con ese resultado estaría condenando a la Promoción, con todas las implicancias que eso conlleva para la gente de la "Academia".
Boca Juniors, Estudiantes y Lanús son los que este primer semestre del año, más allá de no haber ganado nada, están inmunizados por logros previos recientes. Pero son los menos y por poco tiempo.
Si hasta el "xeneize" debió padecer el "affaire" Juan Román Riquelme versus Martín Palermo apenas sonó la marcha del retiro de la Copa Libertadores.
Porque para sobrevivir en el fútbol argentino mediático u exitista de estos tiempos, la obligación es plantearse un objetivo y alcanzarlo, por insignificante que éste sea. Y cada vez más se pone de manifiesto que la "vida" dentro de ese ámbito solamente se trata de eso.
(Télam, por Héctor Laurada).
