En la película de los Wachowsky, de dos horas de duración, todo es decorado y apariencia. No se trata acá de introducir el comic al cine sino de transportar el cine al formato del comic.
Los personajes, de carne y hueso, se mueven en decorados animados u otros artificialmente adornados y pintados para realzar su carácter ficticio, así como sus ropas, de colores brillantes, luminosos, exagerados, buscan poner en evidencia constantemente el artificio antes que ocultarlo.
Emile Hirsch ("Juegos prohibidos"), interpreta a Meteoro, un joven ganado por la pasión automovilística que mueve a toda su familia y que carga también con la herencia de un hermano fallecido en el mundo de las carreras.
De su infancia a su juventud y tentado por un conglomerado industrial, Meteoro buscará imponer el sentido de su pasión por sobre los intereses que mueven el mundo de las carreras de autos, en una competencia por el honor y la decisión de sostener las convicciones propias.
Hay algo extraño con la temporalidad del filme, ya que mientras remite a una suerte de estadío futurista, con automóviles que parecen correr sobre pistas de scalextric, conserva la épica de origen del programa televisivo.
Así, la familia de Meteoro con John Goodman ("Barton Fink") como su padre, Susan Sarandon ("Thelma y Louise") como su madre y Christina Ricci ("Buffalo 66") como su novia Trixie, rinde culto a la imagen consagrada de la feliz familia americana de la década del 50 y comienzos del 60.
De hecho acentúa hasta el hartazgo los rasgos más característicos de esta imagen en una suerte de homenaje que parece volverse burla al mismo tiempo.
Al final, como en la serie, todo se resolverá en una carrera, donde lo que importa es el triunfo del honor y las buenas intenciones por sobre los intereses comerciales.
(Télam, por Pedro Fernández Mouján).
