Salas señaló que Rodríguez estaba alojado en una comisaría de la localidad de Belgrano, cercana a Dolores, pero debido a que la defensa consideró que por sus condiciones personales existía la alternativa del arresto domiciliario, lo solicitaron.
Además, el hombre tiene problemas gastrointestinales que complicaban su detención.
Paralelamente, la jueza debe resolver la situación procesal de Rodríguez en las próximas horas y decidir si le confirma la imputación de homicidio con dolo eventual pedido por la fiscal o la cambia por homicidio culposo.
El accidente se produjo en la madrugada del 9 de marzo en el cruce de las vías del ferrocarril con la ruta provincial 63, a la altura de Dolores, cuando un micro cruzó el paso a nivel y fue embestido por la formación.
A raíz de la tragedia, que provocó 18 muertos y cerca de 65 heridos, el chofer Rodríguez quedó detenido y, cuando declaró, dijo que no vio la barrera ni la señalización funcionando.
Por su parte, el maquinista, Gabriel Sardo, contradijo a Rodríguez y sostuvo que el chofer conducía a alta velocidad y cruzó con la barrera baja, pese a que 850 metros antes de llegar al cruce ésta se habría activado.
Tras el accidente, se ordenaron peritajes en los vehículos y trozos de barrera del lugar de la tragedia, como paso previo a determinar la responsabilidad del chofer, que ese día viajaba desde Mar de Ajó hacia la localidad de San Miguel.
A pedido de los defensores, la fiscalía dispuso un análisis a fin de determinar en qué lugar de la barrera y el micro se encontraban las marcas producidas por el impacto de uno contra el otro al momento del choque.
El abogado Salas aseguró a Télam que "las únicas marcas que aparecen en el colectivo están a una altura de 2,30 metros, por encima del espejo retrovisor derecho, lo que indica que la barrera estaba levantada o empezando a bajar".
"No hay ninguna marca en el frente, si la barrera hubiera estado baja, el golpe en el micro lo tendrían que haber encontrado a unos 90 centímetros", explicó el letrado.
Otro de los peritajes se efectuó sobre el tacómetro del micro, que durante el trayecto entre Mar de Ajó y Dolores tuvo una velocidad promedio de 95 kilómetros por hora.
"Esto echa por tierra a todos los testimonios que decían que le pedían (al chofer) que bajara la velocidad y que agarraba las curvas muy rápido. La máxima es 90 y puede llegar a 110 si tiene que pasar a otro vehículo", dijo el abogado.
En tanto, no se pudo determinar la velocidad a la que circulaba la locomotora, ya que el velocímetro no funcionaba, según surgió de uno de los estudios practicados en la causa.
"Los choferes dicen que iban a 50 kilómetros por hora, pero eso no se va a poder probar y a mi me llama la atención que los particulares damnificados no pidan que se los impute en la causa", agregó.
