Los primeros planos repartidos matemáticamente entre las tres mujeres mostraron la mudanza de Inés Asturias (Morán) y su hija Vicky (Vanesa González) a la imponente casa de su nueva pareja, un juez encarnado por Víctor Laplace.
Enseguida a Dolores Mollet (una refinada Duplaá) despertando en el día de su cumpleaños junto a Mariano (Gonzalo Heredia) un amante ocasional que, luego se supo, es empleado en el estudio jurídico que comparte con Asturias.
Y también a la inestable Mía Pontevedra (Pietra) despidiéndose de su esposo (también abogado, Federico Ibáñez a cargo de Federico D'Elía) pero a quien casi de inmediato -y tal como se apreció en las promociones previas- descubre con otra mujer en el lecho matrimonial.
Aunque es ella la que pide "perdón" al sorprender la infidelidad de su marido, después reacciona echando a la amante que era la secretaría de ambos en el estudio compartido y decide urdir una venganza profesional.
Mía comparte con Federico la defensa de una empresa de medicina prepaga acusada de mala praxis por una paciente en estado vegetativo a la que representan Asturias-Mollet.
Como ella recuerda su vínculo con Inés, decide revelarle pistas ciertas para revertir el juicio y, además, pide la recusación de la jueza de la causa porque descubre en la agenda de su esposo que también la magistrada se cuenta en el listado de amantes.
Con la misma sorprendente eficacia y velocidad con que plasmó su revancha (todo ocurre en el mismo día 3 al que se aludió varias veces durante el programa), la muchacha es convidada por Inés a la casa de Dolores para saludarla por el cumpleaños y allí decide hacerle una propuesta.
En medio del helado y el champagne, la más veterana de las abogadas anuncia que quiere sumar a la insegura Pontevedra como socia en el estudio, a lo que Mollet se opone terminantemente con argumentos que no evitan la crueldad.
Obviamente, la resistencia dará paso a la complicidad en que las tres terminan dejando un mensaje en el contestador telefónico de Federico para anunciarle que Mía acaba de chocarle el auto en la costanera.
Así, con diferentes características debidamente subrayadas de acuerdo a la norma que impera en el territorio de la ficción televisiva, los personajes protagónicos arrancaron exhibiendo un glamour que bordea la ligereza y la frialdad.
Con las damas como género sensible para sus ciclos semanales de ficción (vale recordar a "Mujeres asesinas" y a "Amas de casa desesperadas"), el 13 apostó aquí a un terceto de doctoras en leyes con más puntos en común con aquellas que habitaban un barrio cerrado que con las marginales estrellas de casos policiales.
Dependerá del ajuste de los textos apreciar si "Socias" utilizará la profesión de las mujeres como parte de su atractivo o si, como se vio en el estreno, sólo será un condimento para acompañar los ribetes de sus personalidades. (Télam).
